¿Por qué algunas personas son capaces de sacar un proyecto empresarial adelante y otras no consiguen ni ponerlo en marcha a pesar de haber tenido una buena idea? La experiencia nos demuestra que existen muchos obstáculos que impiden o frenan el emprendimiento, pero la falta de fuerza de voluntad es uno de los más importantes y de los más habituales.
La idea de tener un negocio y ser tu propio jefe suena muy bien. Pero cuando llega la hora de la verdad es cuando las personas se dan cuenta de que para conseguir tener un negocio rentable hay que hacer muchos sacrificios y dedicarle mucho tiempo. Es entonces cuando la fuerza de voluntad inclina la balanza hacia el “sí, vamos a emprender” o el “no, es demasiado complicado”.
2Empiezas las cosas y nunca las acabas
Se te ocurre una idea para un proyecto y te vuelcas en ella con toda tu ilusión. Pero en cuanto aparece la primera dificultad dejas la tarea apartada. Además, buscas excusas que justifiquen el hecho de que no estás haciendo aquello a lo que te habías comprometido. No tengo tiempo, ahora mismo tengo mucho estrés, no sé cómo tengo que hacerlo…
Cuando esto ocurre es sencilla y llanamente porque no te has comprometido lo suficiente con ese proyecto. Tienes otras prioridades en tu vida y prefieres dedicarles el tiempo a ellas. Lo malo es que puede llegar el momento en que te arrepientas de no haber puesto en práctica todas esas ideas que se te han ocurrido a lo largo del tiempo.