El marketing de precios no es nada nuevo. De hecho, es bastante común que muchos emprendedores y muchas empresas decidan competir en el mercado con una estrategia centrada en ofrecer a los consumidores un precio más bajo por un mismo producto o servicio.
Sin embargo, pretender fidelizar a la clientela solo a base de precios bajos es un error. Porque esta se marchará con la competencia si esta rebaja un poco el coste de sus productos o servicios. Además, cuanto más bajo sea el precio de lo que ofreces en el mercado más vas a tener que vender para cubrir los costes del negocio y empezar a tener beneficios. Esto puede llevarte a tener entre manos un negocio que no sea rentable aunque venda mucho.
¿Quiere esto decir que no puedes usar los precios como estrategia para competir? No necesariamente, pero tienes que hacerlo bien. Muchas veces no se trata de ofrecer el precio más bajo sino de que el cliente le dé más valor a lo que tú ofreces, o de atraerle con pequeños trucos psicológicos. Vamos a ver cómo hacerlo.
3Descuentos para clientes premium
Estamos en plena era del amor a la suscripciones. La subscronomics o economía de la suscripción parece no tener límites. Si combinas el modelo de suscripción con el marketing de precios puedes conseguir muy buenos resultados.
La idea sería ofrecer una serie de productos o servicios a esos clientes premium que pagan una suscripción y basar ese descuento precisamente en su carácter privilegiado. Mientras que un cliente normal pagaría por X producto 30 euros, el premium puede adquirirlo a 24,99 euros.
No estás perdiendo margen de beneficio porque lo que pierdes por un lado al vender el producto más barato a ciertos clientes lo recuperas con lo que pagan de suscripción. Este modelo se está usando ya mucho en sectores no asociados a compras de primera necesidad, como ocurre con el mundo de la moda. Eso sí, al cliente premium hay que ofrecerle algo más a cambio de su dinero que un simple descuento en productos.