El marketing de precios no es nada nuevo. De hecho, es bastante común que muchos emprendedores y muchas empresas decidan competir en el mercado con una estrategia centrada en ofrecer a los consumidores un precio más bajo por un mismo producto o servicio.
Sin embargo, pretender fidelizar a la clientela solo a base de precios bajos es un error. Porque esta se marchará con la competencia si esta rebaja un poco el coste de sus productos o servicios. Además, cuanto más bajo sea el precio de lo que ofreces en el mercado más vas a tener que vender para cubrir los costes del negocio y empezar a tener beneficios. Esto puede llevarte a tener entre manos un negocio que no sea rentable aunque venda mucho.
¿Quiere esto decir que no puedes usar los precios como estrategia para competir? No necesariamente, pero tienes que hacerlo bien. Muchas veces no se trata de ofrecer el precio más bajo sino de que el cliente le dé más valor a lo que tú ofreces, o de atraerle con pequeños trucos psicológicos. Vamos a ver cómo hacerlo.
2La estrategia del precio atractivo a la vista
Otro clásico del marketing de precios es exhibir un precio que llame la atención del cliente. Retomando el ejemplo anterior, seguramente vendas más fotos si le pones un precio de 11,99 euros que si las vendes a 12 euros. ¿Por qué? Porque como consumidores hemos asimilado que los precios que acaban en ,99 o ,95 son una oferta.
Sabemos que 11,99 euros son prácticamente 12, pero el cerebro del cliente lo va a registrar como “once euros con…” por lo que interpretará que es más barato que si le ofrecemos el producto directamente a un precio redondo.
Por otro lado, numerosos estudios demuestran que los consumidores suelen elegir los precios que les resultan más atractivos aunque sean más caros. Si intentas vender un producto a 34,57 euros y otro a 35 euros, seguramente venderás más del segundo. Y si tienes tres productos similares a tres precios diferentes, notarás que los consumidores se decantan por el de precio intermedio.