El próximo 23 de julio, El Corte Inglés presentará su nuevo plan estratégico en la Junta de Accionistas. Este plan, elaborado por primera vez por el consejero delegado, Víctor del Pozo, se espera que tenga una vigencia desde este mismo 2021 hasta 2026 y que marque el ritmo de la compañía para los próximos cinco años. Además, es el primer plan estratégico bajo el mandato de Marta Álvarez, ya que el último se puso en marcha en 2018, cuando aún dirigía la empresa Dimas Gimeno.
Después de la crisis provocada por el coronavirus, El Corte Inglés debe modificar su camino hacia el futuro para recuperar su volumen de ingresos. El grupo de grandes almacenes cerró el ejercicio 2020 con unas pérdidas netas antes de provisiones de 445 millones, aunque su Ebitda fue positivo.
El nuevo plan estratégico de la compañía debe basarse en tres puntos: la digitalización, la rentabilidad de sus inmuebles y la diversificación de su negocio con nuevas filiales más allá de la actividad comercial.
La empresa española ya ha demostrado tener capacidad de reacción impulsando las ventas a través de su canal online para intentar compensar las pérdidas que estaba teniendo en las tiendas físicas, su tradicional fuente de ingresos. De hecho, durante 2020 las transacciones por medio de internet se incrementaron en un 132%.
Estos buenos resultados, unidos a un cambio claro en la tendencia de compra de la sociedad, que ha apostado por la adquisición a través del canal online por encima del físico, obligan a El Corte Inglés a modificar su canal de ventas marcando el futuro de la compañía hacia la omnicanalidad.
DIGITALIZACIÓN, VENTA Y DIVERSIFICACIÓN, LAS CLAVES DEL PLAN
Sin embargo, la apuesta de ECI por el ecommerce es algo que viene de largo. En 2014 ya lanzaron una app, que han mejorado durante la pandemia, y en la que los consumidores ya pueden encontrar más de 30.000 productos. Además, también reforzó su web, con un diseño más limpio, mejorando la experiencia de usuario.
Con estas medidas, la compañía busca fidelizar a un público joven adaptándose a sus gustos y nuevas modalidades de compra. Pero, tampoco se puede olvidar que El Corte Inglés necesita mantener sus tiendas físicas porque el mayor rango de su clientela pertenece a la clase media, de mediana edad.
Es por eso que necesita reenfocar su negocio, buscando una alternativa que le permita rentabilizar sus metros cuadrados. La línea de acción para sus inmuebles ya la asentaron en 2020 y la reafirman en 2021. Pasa por poner en venta o alquiler algunos de sus edificios e instalaciones de uso no comercial por valor de 3.000 millones de euros. Uno de los edificios que ya tiene en régimen de arrendamiento es el situado en paseo de la Castellana cuyo inquilino es EY. De esta operación, ECI ingresa alrededor de seis millones de euros al año.
Por otro lado, la empresa ha optado por invertir en sus oficinas centrales. Por eso, el pasado 25 de junio, se hizo público que había elegido al estudio de diseño y arquitectura, Thomas Heatherwick, para desarrollar un edificio de oficinas en Castellana.
La última pata de este plan es diversificar el negocio. En esta línea, a primeros de marzo, la compañía española firmó un acuerdo con MásMóvil para crear Sweno, un nuevo operador virtual de fibra y móvil. Tres meses después de esa operación, esta firma toma un mayor protagonismo. La intención de El Corte Inglés es quitar peso a otras áreas de negocio tradicionales e incorporará trabajadores a este sector. Además, valora ampliar sus espacios de venta de alimentación en detrimento de otras menos rentables.
UN PLAN POCO REALISTA
Este plan debe ser aprobado el próximo 23 de julio en la Junta de Accionistas. Sin embargo, es un poco pretencioso crear una estrategia cerrada para los próximos cinco años en una situación tan cambiante como la actual. Es cierto que los analistas no consideran que el canal online no va a decrecer. Es más, va a ser fundamental en la recuperación de las grandes cadenas, especialmente en su zona textil.
Por esta parte, parece un movimiento inteligente esa apuesta por la omnicanalidad. Sin embargo, el ECI debe tener muy claro a quién se dirige y establecer una buena campaña de comunicación que se base en dos puntos: captar a un público joven, que aún se encuentra alejado de la marca a través de la web y la app, sin descuidar a un consumidor ya fidelizado que prioriza sus compras en tienda física.
Quizás, la apuesta más dudosa es la de la venta y arrendamientos de sus inmuebles. No es la primera vez que la compañía de grandes almacenes se lo plantea. De hecho, es el tercer plan. El primero fue elaborado por el expresidente Dimas Gimeno, pero no llegó a ejecutarse. El segundo se le encargo a PwC, pero tampoco llegó a buen puerto. Sin embargo, este elaborado bajo el mandato de Marta Álvarez ya ha comenzado a ejecutarse. Esta decisión trae consigo un ERE que está gestionando la compañía y que afectará a más de 3.000 personas.
Por último, la diversificación del mercado, donde las nuevas áreas de negocio tienen una mayor relevancia, parece una buena decisión. De hecho, la compañía espera levantar las cuentas de este 2020, que le han conllevado una caída en las ventas del 30%.