El final de la etapa de José Pablo López al frente de Telemadrid tras casi cuatro años y medio está cantado: la presidenta autonómica Isabel Díaz Ayuso prepara su relevo gracias al apoyo de Vox, que pretendía incluso cerrar el canal.
La venganza de Ayuso contra López estaba mascado desde que el malagueño se negó a que el Partido Popular tuviera como felpudo mediático a Telemadrid, «manipulada y saqueada» por el ‘aguirrismo’ según la oposición y los sindicatos.
MALA CONCIENCIA
La irrupción en el tablero político estatal de Ciudadanos bajo el supuesto regeneracionismo de Albert Rivera se evidenció como falso cuando en 2015 los naranjas decidieron apuntalar a lo más sombrío del bipartidismo: el PSOE andaluz y el PP madrileño.
Cierto es que la mala conciencia naranja llevó a Cs a apostar por quitarle al Partido Popular el que había sido su caramelo televisivo, la alicaída Telemadrid. Y lo hizo a través de una dura negociación que llevó a la dirección general de la autonómica a José Pablo López, exdirectivo de Mediapro, La Sexta y Trece.
López llegó con el plácet de Ciudadanos (liderado en la Comunidad de Madrid por su amigo Ignacio Aguado), del PP (que aceptó la elección de su socio de buen grado, ya que el malagueño venía de dirigir la ‘popular’ Trece TV) y del PSOE, que según las malas lenguas ‘tragó’ por presiones de Jaume Roures.
El nuevo director general de Telemadrid, que llegó con un contrato de seis años bajo el brazo, pronto se distanciaría del Partido Popular. Y este divorcio se evidenció cuando la televisión autonómica realizó una impecable cobertura informativa sobre la caída política de Cristina Cifuentes, muy disgustada con el canal.
El PP mostró su enfado porque Cs basculaba con la izquierda para controlar Telemadrid, oscuro objeto del deseo de Isabel Díaz Ayuso. La presidenta se enfadó cuando comprobó que el canal iba a seguir en manos del centro-izquierda a partir del verano de 2019.
OTOÑO DE 2019
Isabel Díaz Ayuso arrancó con enfado el curso político de otoño de 2019. La presidenta autonómica se plantó en el estudio de Federico Jiménez Losantos y soltó que Telemadrid «ya no es un servicio público esencial».
Su asesor Miguel Ángel Rodríguez elevó más el tono: «El director general y el de informativos de Telemadrid forman parte de una trama de contratos irregulares que arrancó cuando presidía el tránsfuga Garrido. Se les ponen difíciles las cosas. A los tres».
Telemadrid replicó a ambos: lanzó una campaña reivindicándose y su presentadora estrella Inmaculada Galván arrancó temporada asegurando que la cadena era «un servicio público». No contaban López ni la presentadora de ‘Madrid Directo’ iba a otorgar casi todo el poder a Ayuso, que ahora maniobra para elegir un nuevo director general afín a los intereses del Partido Popular.
BALANCE
López ha adecentado Telemadrid en el último lustro: los informativos se han desgubernamentalizado, los contratos de producción se han repartido de forma más equitativa y la ética ha imperado en la televisión autonómica.
El malagueño, eso sí, dejará varios asuntos pendientes: la subida de audiencia de Telemadrid, que sigue con unos datos muy discretos; la despolitización del canal, que bajo su mandato se ha repartido en cuotas a distintos partidos; el alejamiento de la autonómica de los intereses privados, véase Mediapro o las productoras satélite de Mediaset; o un pacto ético con los sindicatos, que llevan casi una década sin elecciones en la casa.
El balance de López aun así es positivo ya que Telemadrid ha recuperado el brío perdido y ha puesto en marcha algunos proyectos muy saludables. Quizás estos se vayan por el sumidero de la mano del nuevo director general de la autonómica, que podría escoger al controvertido Álvaro Zancajo como nuevo jefe de Informativos.