Aunque la protección social de las autónomas que deciden ser madres ha mejorado en los últimos años, todavía queda mucho camino por recorrer en lo que a conciliación se refiere. De hecho, tanto las madres como los padres autónomos vienen exigiendo desde hace ya algún tiempo que desde el Gobierno se adopten medidas que les faciliten el cuidado de sus hijos.
Si la conciliación entre la vida privada y la profesional siempre es complicada, se vuelve mucho más difícil cuando se trata de alguien que está al frente de su propio negocio. Porque posiblemente no cuente con la ayuda de nadie que pueda hacerse cargo de sus responsabilidades profesionales durante el tiempo en que no está atendiendo su proyecto.
4Las autónomas sufren mayor presión social
Si siempre es complicado sacar un negocio adelante, lo es todavía más cuando la profesional tiene que dedicar tiempo al cuidado de un bebé. Si no cuenta con ayudas es más que posible que se encuentre con que no puede con todo.
Esto es lo que explica que una buena parte de las trabajadoras por cuenta propia que son madres acaben cerrando su negocio, aunque este sea rentable. Y lo hacen sencillamente porque no encuentran la manera de seguir adelante con él al no poder compatibilizar todas las horas que tienen que trabajar con el cuidado de sus hijos.
Desde los colectivos autónomos destacan que esto supone una pérdida de oportunidades para las mujeres y las coloca en una situación de desigualdad social. Hay más presión social sobre las mujeres a la hora de conciliar que sobre los hombres. Si estas no encuentran tiempo para su familia, al final suelen acabar tomando la decisión de dejar de lado su negocio.