sábado, 23 noviembre 2024

El día de la verdad para CaixaBank

En el marco de la negociación por el ERE, CaixaBank afronta uno de los momentos más complicados en toda la historia de la entidad: la primera huelga general. El Gobierno sigue metiendo presión a la entidad para reduzca el número de despidos.

Puede que sea el día más comprometido en la historia de CaixaBank. Desde luego es un día no deseado para una entidad con el tinte social que tiene que el banco de la estrella azul.

El mero hecho de que el banco sufra una huelga le pone en el disparadero en mucha mayor medida que si el paro fuera en otra entidad financiera. Esto tiene que ver con cómo ven al banco desde fuera, desde la sociedad. La gente relaciona CaixaBank con La Caixa, a la que se valora por la Obra Social, y no entiende que una entidad que presume de estar con los más desfavorecidos vaya a prescindir de unas 7.000 personas.

Al banco le va a resultar difícil defender que cuida a sus empleados cuando va a emprender un ERE y sus propios trabajadores van a la huelga y por eso va a tratar de llegar a un acuerdo con los sindicatos.

EFECTOS PENDIENTES

Está por ver el efecto que tendrá en la negociación con las centrales, cuyo plazo límite es el 29 de junio- y los posibles efectos en la imagen y reputación de la entidad de la estrella azul, que incluso en la peor época de la crisis económica (2008-2013) tuvo una valoración excelente por parte de la sociedad española.

En este marco, el banco se verá hoy las caras en la mesa de negociación con los sindicatos. En este sentido, la entidad se defiende señalando que el ajuste de empleo es necesario para la supervivencia del grupo y por ende de los empleados que queden. Además, el banco tiene un plan de recolocación para quienes abandonen CaixaBank.

Hay otro factor importantísimo  y es que de la supervivencia del grupo depende la Obra Social: 500 millones de euros al año a través de las acciones que lleva a cabo la Fundación Bancaria La Caixa.

PAZ SOCIAL

Ahora bien si el banco y los sindicatos llegan a un acuerdo en relación con el ERE y con las condiciones de los que se mantengan en plantilla, la entidad mantendrá la paz social y el coste reputacional no será tan severo como si aplican el ERE sin llegar a un pacto.

Echando la vista atrás, el plan estratégico de CaixaBank para el periodo 2016-2019  llevó por lema “Cambiamos presentes, construimos futuros”. Esta idea representa a la perfección la visión que tiene el banco sobre la necesidad de los ajustes, unos ajustes que seguro que no esperaba que tuvieran la dimensión del que están negociando ahora.

Y es que el presente del banco sería distinto sin la operación  de absorción de CaixaBank. Sin esta fusión, es casi seguro que la reducción de empleo sería mucha menor, pero la realidad es la que es y tocar adaptarse. Es lo que vienen a decir en el banco, donde “no contemplan otra cosa que un acuerdo con los sindicatos”, según dijo el consejero delegado, Gonzalo Gortázar.

CAMINO COMPLICADO

La convocatoria de huelga con carácter general es la primera que se convoca en la entidad que preside José Ignacio Goirigolzarri. Lo que pretenden las centrales es meter presión al banco para que se produzcan cambios en algunas cuestiones que consideran fundamentales para llegar a un acuerdo. Así, las centrales pretenden que el banco reduzca aún más el número de salidas (7.400 bajas, por ahora) se comprometa a que no habrá despidos forzosos si no se completa con bajas voluntarias y homologue al alza las condiciones de las dos plantillas. Un compromiso en cuanto a la renuncia a los despidos forzosos dejaría el camino expedito hacia el acuerdo, pero, a día de hoy, parece complicado que se produzca.

CALVIÑO APRIETA

Además de la presión sindical, CaixaBank cuenta con la presión del Gobierno, que por medio del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) está presente en el accionariado del banco, siendo el segundo máximo accionista. Esta presión ha bajado en cuanto al tono pero sigue presente. Así, la ministra de Economía, Nadia Calviño ha vuelto a insistir en que el proceso tiene que ser voluntario y con menos bajas  «Valoro positivamente que los procesos de reestructuración se hagan de forma negociada. Creo que es muy importante que estos procesos traumáticos para los empleados y para sus familias se hagan de forma negociada, que se reduzcan las cifras de salidas y que sean voluntarias. Esa es la idea del diálogo de este tipo de procesos», dijo Calviño en unas jornadas organizadas por la APIE (Asociación de Periodistas de Información Económica) y patrocinadas por BBVA.

De quien no se sabe nada es de la representante del FROB en el consejo de administración de CaixaBank. El FROB es quien, a priori, transmite la posición del Ejecutivo tuvo su minuto de gloria cuando en la junta accionistas de CaixaBank votó en contra del aumento de la remuneración del presidente de la entidad. Y hasta ahora. 

VOLUNTARIEDAD PRIORITARIA

Por su parte, CaixaBank viene insistiendo en que  “la voluntariedad elemento clave e indispensable del plan de reestructuración y ha de ser el criterio absolutamente prioritario por el cual han de producirse las salidas de personal”. Sin embargo, esta posición no es suficiente para los sindicatos.

Donde sí hay avances es en el tema de las edades para la salida, ya que CaixaBank ha incorporado alternativas a la limitación del porcentaje de salidas de mayores de 50 años al 60% del total, algo que va a hacer que

Esto favorece que más personas puedan entrar en el proceso de forma voluntaria, algo que reconocen en la entidad. “Entre las medidas para maximizar la voluntariedad, la dirección de CaixaBank ve factible incorporar mecanismos adicionales como el establecimiento de cupos máximos de salidas por tramos de edad o la incorporación de criterios de prelación que ordenen qué personas tendrían prioridad a la hora de aceptar su solicitud de baja voluntaria”.

A estas dos novedades se une la propuesta del banco de establecer prejubilaciones para empleados de 54 años y la mejora de condiciones económicas.

NEGOCIACIÓN COMPLEJA

Con huelga o sin ella, la mesa de negociación CaixaBank es diferente a la del ERE en BBVA porque la de la entidad que preside José Ignacio Goirigolzarri es una negociación derivada de una fusión y no un mero ajuste de empleo y cierre de oficinas.

En esta mesa,  CaixaBank ha puesto en el tapete cuestiones relacionadas con el modelo de negocio. Entran en juego la clasificación de oficinas y la clasificación profesional, aunque está por ver cómo se articula. Además, otro punto a tratar tiene que ver con las condiciones laborales y de remuneración de los empleados procedentes de Bankia. Todos estos temas espinosos han hecho que la negociación se haya prorrogado hasta el 29 de junio.

En este marco, el banco está dispuesto a estudiar la apertura de más centros In Touch. En este sentido, las centrales sindicales han pedido que en los centros In Touch aumente un 20% el número de empleados sobre el cupo actual, pero “siempre que se respete la voluntariedad y se definan sus funciones y responsabilidades”.

PORCENTAJES MAYORES

Mientras, en cuanto a los importes de las indemnizaciones, sigue habiendo diferencia entre los porcentajes que ofrece el banco y los que reclaman las centrales, pero fuentes sindicales señalan que en este punto llegarán a un acuerdo.

A esto hay que añadir que a los sindicatos no les ha gustado que el banco haya metido las aportaciones a los planes de pensiones en la ecuación de las indemnizaciones.

En este ámbito, fuentes del banco destacan que “con el fin de agilizar el diálogo, la mayoría de cambios en el marco de remuneración incluidos en la propuesta inicial se retiraron de la negociación en la reunión del pasado 1 de junio”. 

Sin embargo, siguen sin estar de acuerdo en cuanto a las indemnizaciones, las aportaciones a planes de pensiones y la retribución variable, entre otros puntos.  El banco ha propuesta un “ nuevo esquema de compensación para los empleados entre 56 y 63 años, con posibilidad de elegir entre una base salarial de compensación más reducida que, sin embargo, mantendría las aportaciones de ahorro la entidad al plan de pensiones del empleado, o una base salarial mayor, pero sin incluir aportaciones de ahorro al plan de pensiones”.


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