La tarifa plana para autónomos se puso en marcha en 2013. En un principio estaba pensada para ser algo temporal, pero ocho años después sigue de plena actualidad. A pesar de ello, siempre ha habido voces (incluso entre los propios autónomos) que señalan que no es verdaderamente útil.
Con la próxima llegada de la cotización basada en ingresos reales, la supervivencia de esta ayuda destinada a nuevos emprendedores está en entredicho y no falta quien afirma que es hora de que desaparezca. Esto nos lleva a la necesidad de analizar si de verdad este sistema seguirá siendo útil en el futuro y si de verdad ha cumplido con su objetivo.
2Una efectividad que siempre se ha discutido
La tarifa plana para autónomos ha logrado su objetivo de fomentar el autoempleo. Desde que se puso en marcha son muchas las personas que han decidido montar su propio negocio, con el aliciente de saber que durante los primeros meses de actividad la cotización a la Seguridad Social no iba a ser un problema.
Sin embargo, la estadística parece contradecir los datos oficiales. Es cierto que gracias a la tarifa plana se han ganado autónomos, pero la gran mayoría de ellos no han conseguido hacer subsistir su negocio.
Pasado el tiempo de la bonificación, muchos se dan cuenta de que su proyecto no es rentable. De repente tienen que asumir un gasto fijo de casi 300 euros (si han elegido la cuota de cotización más baja), y esto hace que los números ya no les salgan. En consecuencia, se dan de baja como autónomos.