CaixaBank ha cedido terreno en algunas cuestiones, pero la negociación abierta con los sindicatos es tan compleja que, salvo sorpresa, el pacto llegará en el último suspiro. El plazo termina el próximo 29 de junio.
A ritmo de dos reuniones por semana, la negociación entre CaixaBank y los sindicatos de cara a conseguir un acuerdo sobre el Expediente Regulación de Empleo (ERE), reducido a 7.400 salidas, sigue su desarrollo.
PUNTOS RELEVANTES
La mesa ha avanzado muy poco hasta la fecha y aunque hay muchas diferencias entre las partes hay un par de puntos muy relevantes que allanan el camino hacia el acuerdo. No obstante, a estos dos aspectos hay que añadirle un factor de presión que está por ver qué efecto tendrá: la huelga convocada por los sindicatos presentes en el banco para el 22 de junio.
El primer punto relevante salido de la última cita entre las partes es que después de mucha insistencia por parte de los sindicatos, CaixaBank ha dejado claro que “la voluntariedad elemento clave e indispensable del plan de reestructuración y ha de ser el criterio absolutamente prioritario por el cual han de producirse las salidas de personal”.
Más allá de la crítica de los sindicatos, que consideran que no es suficiente con una declaración así porque no asegura que no haya despidos si no se cubren las salidas previstas con bajas voluntarias, este marco es el primer pilar para que puedan llegar a un acuerdo. Si el banco se compromete a que no haya despidos forzosos, dejaría el camino expedito para el acuerdo.
EDADES Y SALIDAS
El segundo punto que permite vislumbrar luz es que la entidad se muestra más flexible en el tema de las edades para la salida, ya que ha incorporado alternativas a la limitación del porcentaje de salidas de mayores de 50 años al 60% del total.
Esto favorece que más personas puedan entrar en el proceso de forma voluntaria, algo que reconocen en la entidad. “Entre las medidas para maximizar la voluntariedad, la dirección de CaixaBank ve factible incorporar mecanismos adicionales como el establecimiento de cupos máximos de salidas por tramos de edad o la incorporación de criterios de prelación que ordenen qué personas tendrían prioridad a la hora de aceptar su solicitud de baja voluntaria”.
A estas dos novedades se une la propuesta del banco de establecer prejubilaciones para empleados de 54 años y la mejora de condiciones económicas.
PRESIÓN
El banco y las centrales volverán a verse las caras la semana que viene. Lo harán el 22 y el 23 de junio. Serán dos citas marcadas por un hecho inédito en la historia de la entidad: la huelga general en el banco convocada por los sindicatos para el día 22 de junio como medida de presión para desatascar las negociaciones del ERE. «La huelga será decisiva para el devenir de la negociación», según fuentes sindicales consultadas por MERCA2.
Está por ver los efectos que tendrá en la negociación con las centrales y los posibles efectos en la imagen y reputación de la entidad de la estrella azul, que incluso en la peor época de la crisis económica (2008-2013) tuvo una valoración excelente por parte de la sociedad española.
LA MESA DE BBVA
La huelga le funcionó a los trabajadores de BBVA porque, coincidencia o no, a partir de esta acción, se aceleró el acercamiento entre el banco que preside Carlos Torres Vila y los sindicatos, un acercamiento que terminó en acuerdo. Está por ver qué pasará en CaixaBank.
Con huelga o sin ella, la mesa de negociación CaixaBank es diferente a la de BBVA porque la de la entidad que preside José Ignacio Goirigolzarri es una negociación derivada de una fusión y no un mero ajuste de empleo y cierre de oficinas.
MODELO DE NEGOCIO
En esta negociación, el banco ha puesto en el tapete cuestiones relacionadas con el modelo de negocio. Entran en juego la clasificación de oficinas y la clasificación profesional, aunque está por ver cómo se articula. Además, otro punto a tratar tiene que ver con las condiciones laborales y de remuneración de los empleados procedentes de Bankia. Todos estos temas espinosos han hecho que la negociación se haya prorrogado hasta el 29 de junio.
Después de la última reunión, se ha conocido que el banco está dispuesto a estudiar la apertura de más centros In Touch. En este sentido, las centrales sindicales han pedido que en los centros In Touch aumente un 20% el número de empleados sobre el cupo actual, pero «siempre que se respete la voluntariedad y se definan sus funciones y responsabilidades».
Mientras, en cuanto a los importes de las indemnizaciones, sigue habiendo diferencia entre los porcentajes que ofrece el banco y los que reclaman las centrales, pero fuentes sindicales señalan que en este punto llegarán a un acuerdo. A esto hay que añadir que a los sindicatos no les ha gustado que el banco haya metido las aportaciones a los planes de pensiones en la ecuación de las indemnizaciones.
AGILIZAR EL DIÁLOGO
En este ámbito, fuentes del banco destacan que “con el fin de agilizar el diálogo, la mayoría de cambios en el marco de remuneración incluidos en la propuesta inicial se retiraron de la negociación en la reunión del pasado 1 de junio”.
Sin embargo, siguen sin estar de acuerdo en cuanto a las indemnizaciones, las aportaciones a planes de pensiones y la retribución variable, entre otros puntos. El banco ha propuesta un “ nuevo esquema de compensación para los empleados entre 56 y 63 años, con posibilidad de elegir entre una base salarial de compensación más reducida que, sin embargo, mantendría las aportaciones de ahorro la entidad al plan de pensiones del empleado, o una base salarial mayor, pero sin incluir aportaciones de ahorro al plan de pensiones”.
RESOLUCIÓN
De los tres, el más sencillo de resolver es el tema de las indemnizaciones porque sólo afecta a los empleados que se vayan, mientras que el probable del sistema de retribución variable que se fije y de las aportaciones de planes de pensiones es más difícil de resolver porque afectan a quienes se queden y hay una plantilla con dos procedencias: CaixaBank y Bankia.
En Bankia se pactó el sistema de retribución variable y dado que CaixaBank quiere que todos estén bajo su fórmula de pago variable, las centrales quieren que se “liquide” el sistema de Bankia, es decir, una compensación económica.
En cuanto a la aportación a los planes de pensiones, las centrales reclaman que todos los empleados tengan el 7,5% que hay en CaixaBank.