sábado, 23 noviembre 2024

Wallbox, la startup española que muchos pasaron por alto, se convierte en un ‘unicornio’

Enric Asunción ha cumplido su sueño. Este ingeniero pasó por Tesla antes de gestar Wallbox, una firma dedicada a la creación de soluciones para vehículos eléctricos y que se ha convertido en un nuevo ‘unicornio’ con una valoración de 1.300 millones. Su idea se convirtió en una realidad en 2015, pero captó la atención de tan sólo unos pocos que apostaron por los vehículos eléctricos en un año en el que el asunto ‘verde’ no copaba las agendas.

La apuesta del fundador de esta empresa se centra en combinar la tecnología y la adopción de vehículos eléctricos, pero no para grandes compañías o para crear un modelo para competir con las automovilísticas. Su proyecto rivaliza de frente al desarrollado por el gigante Tesla. Asunción consideró que su idea era más innovadora y revolucionaria. ¿Para qué contentarse con una solución y batería para una única marca de vehículos eléctricos? ¿Por qué no todos?

Manos a la obra se puso. En tan sólo seis años sus productos están presentes en 67 países, con especial atención a sus cargadores de corriente alterna de nivel 2, utilizados tanto a nivel empresarial, particular o comunidades de vecinos. También produce cargadores rápidos de corriente continua, de uso para el espacio público.

EL COCHE COMO GENERADOR DE ELECTRICIDAD, LA IDEA DE WALLBOX

Pero también otro muy específico para quienes utilizan el vehículo como una batería de alimentación externa. Se trata de un cargador bidireccional de uso particular con capacidad de suministrar electricidad a un hogar durante cuatro días seguidos. Al mismo tiempo, este activo permite también alimentar al vehículo. La fabricación de sus productos se desarrolla en China y España, pero abrirá una nueva planta en Estados Unidos el próximo año.

La idea de Asunción para fundar Wallbox surgió de los errores que visualizó en Tesla. A su juicio, los cargadores se podían mejorar. Apenas 72 meses más tarde, la compañía cotiza indirectamente en el Nyse de Wall Street, con una valoración de 1.500 millones de dólares.

La amplia gama de productos de Wallbox responden a las distintas necesidades de los hogares. Por ejemplo, no es lo mismo un párking comunitario subterráneo con varias plantas que un chalé o un piso de viviendas distintas de tres plantas. Y es que, Las distancias a los contadores de la luz, las tomas de corriente, el cableado y la potencia instalada son claves para la eficiencia energética. Por este motivo, diseñan cargadores inteligentes capaces de adaptarse a las necesidades del momento. También hay limitaciones, pero son las menos probables en las instalaciones, como un contador a más de 60 de metros lineales en una planta subterránea de un aparcamiento privado. ¿Se puede dar la situación? Sí, pero es muy poco probable.

Con este sistema y el uso del vehículo como generador de electricidad, el hogar puede ahorrarse el consumo de la corriente general en los días con mayor precio y al menos utilizarla sólo en los momentos valle -cuando el precio es el más bajo-. Utilizar el vehículo eléctrico de esta forma podría echar hacia atrás a las eléctricas, sin embargo, cuenta con Iberdrola como su mayor inversor institucional. Pero antes hubo otros inversores que apostaron ciegamente por este nuevo ‘unicornio’ -empresas no cotizadas cuyo valor estimado supera los 1.000 millones de euros-.

DE RONDAS DE MILES DE EUROS A MILLONES

En sus inicios, Wallbox recibió sólo 300.000 euros en su primera ronda de financiación. En esta primera captación de inversión participaron Juan Campmany, presidente de la agencia DDB, y Josep María Tarragó, socio de Lacus, dedicada a la participación directa en empresas industriales.

Poco parecía este primer impulso. Pero comenzó a captar la atención de importantes inversores poco después. En un año ya tenían su primer producto, Comander. Poco después, salía al mercado Pulsar, mismo producto pero con un diseño compacto; y otros 750.000 euros captó en 2016. Un nuevo inversor se sumaba a esta particular fiesta. La familia Soler, dueña de los principales concesionarios de Cataluña, Quadis, se había fijado en ellos.

En dos años desde su inicio había pasado de ser una startup a una pyme con cerca de medio centenar de empleados y una facturación de dos millones de euros. Una nueva ronda aguardaba a Asunción y a su equipo en 2017. Se embolsaron casi la facturación de aquel año, 1,7 millones, encabezada por Anangu Grup, el holding de los propietarios de Eurofred. En esa misma financiación participó Francesc Mora, entonces expresidente del banco andorrano MoraBanc. Hasta ahora, ninguno de los fondos de inversión de capital riesgo lideró ninguna de las rondas de financiación, pero la empresa empezó a ser la comidilla entre algunos actores del mercado.

En 2018, la empresa dio el gran salto. La producción se trasladó a China, a través de una joint venture en alianza con Changchun Fawsn, con la esperanza de abrir el mercado de Suzhou a finales de 2019. La fabricación se realizó a tan sólo 100 kilómetros de Shanghái. El por qué de China responde al plan de Pekín para convertirse en un país autosuficiente en 2025 y la movilidad sostenible es uno de sus pilares fundamentales para alcanzar este objetivo. Wallbox prosiguió su escalada aquel ejercicio, duplicando tanto la facturación como la plantilla.

EL SALTO A EEUU, EL IMPULSO DE WALLBOX

Tras el saltó al gigante asiático tocaba cruzar el gran charco. Adentrarse en EE UU, donde Asunción había cogido la experiencia. Tres años después de su fundación, anunció su primer tramo de su seria A. Wallbox buscaba jugar entre los grandes con una ronda de 15 millones de euros. La eléctrica presidida por Ignacio Sánchez Galán irrumpió con fuerza y esta apuesta convenció a la hija de Francisco González, expresidente del BBVA, para sumarse a esta operación un año después. Lo hizo a través de Seaya Ventures, su firma de capital riesgo, con un montante de dos millones. En total se captaron 23 millones con este tipo de financiación.

Mientras esto ocurría, Asunción proseguía con el crecimiento inorgánico. En ese mismo año, compró Electromaps, la plataforma líder de carga pública de Iberia y cuyo protagonismo es clave para crecer en el sector público.

IBERDROLA, SU PRIMER INVERSOR INSTITUCIONAL

Iberdrola redobló su inversión con la compra de 1.000 cargadores rápidos de Wallbox, los Supernova. La apuesta era para atraer la movilidad sostenible y poder iniciar el despliegue de cerca de 150.000 cargadores en hogares, empresas y redes de vías públicas.

Con la pandemia, Wallbox realizó previsiones para el año siguiente tras realizar un sesudo análisis del mercado del vehículo eléctrico país por país. Para este 2021, su apuesta principal pasa por el cargador bidireccional. A su juicio, este proyecto se va a instalar rápidamente en los hogares, que «acelerarán rápidamente la transición del mundo hacia la energía renovable«. También lanzan un cargador público «extremadamente fiable y asequible».

Las buenas estimaciones se convirtieron en otros 33 millones de euros, un montante destinado a la expansión internacional, mayor capacidad en sus instalaciones y la ubicación de su fábrica en EE UU.

UNA SALIDA A BOLSA CON LOS GIGANTES

Este mismo ejercicio ha acordado con kensington wallbox su salida a Bolsa, aunque de forma muy indirecta. Lo ha hecho a través de una SPAC, un vehículo que está teniendo furor en Wall Street y por el que una empresa cotiza sin tener que realizar por el momento una oferta pública de venta.

La empresa cuenta ahora con 500 empleados en 67 países. De ser un ingeniero que ha pasado de las ITV y sacar provecho de los errores ineficientes de Tesla para alcanzar Wall Street y codearse con los grandes gigantes. Asunción, ingeniero de formación, tiene ahora a numerosos fondos en su radar, todo ello por convertir en realidad un sueño que sólo era alcanzable en su mente apenas seis años atrás.


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