Omar Sánchez, el novio de Anabel Pantoja, se perfilaba como uno de los favoritos a ganar Supervivientes. Su perfil deportivo y de amante de mar, donde vive junto a su pareja, son perfectos para este concurso. Sin embargo, no está dando todo lo que se esperaba por un lado, y por otro se le han visto actitudes y hechos por los que la audiencia se ha enfadado y pedido incluso su expulsión. Vamos a repasarlo.
Anabel nos lo pintó a su chico como deportista, simpático, alegre, divertido… pero la cara que estamos viendo de Omar no corresponde con la descripción que la colaboradora ha hecho en los platós de televisión de él, de hecho es todo lo contrario. Solamente le vemos protestar ante las pruebas, las recompensas, enfrentarse con sus compañeros y calentarles cuando hay algo en lo que no está de acuerdo. Por todo ello no es ni mucho menos uno de los favoritos ni de sus compañeros ni de la audiencia.
3La gota que colmó el vaso
Sabemos que a estas alturas del concurso el hambre comienza a hacer estragos y si no que se lo digan a Melyssa, que tras una prueba se derrumbó por no poder ganar y disfrutar de la recompensa culinaria. «Tengo hambre», sollozaba la ex de Tom Brusse. La intentaban consolar pero en vano.
Sin embargo Omar ha optado por la queja y la insolidaridad, lo que ha provocado la ira de la audiencia y de los internautas. El novio de Anabel había ganado una prueba de recompensa junto a Agustín Bravo, Carlos Alba, Olga Moreno y Lara Sajén, que aunque no podía participar si se le dio la oportunidad de unirse a los cuatro si adivinaba tres de los ganadores de los cinco retos.
El premio era suculento: una gafas de buceo con tubo, un melón, una tortilla de patatas, una pizza y medio kilo de pasta. Pero la situación se tensó por culpa de Omar al quejarse por tener que compartir, por decisión de Lara, su pizza con ella. Pero lo peor fue el discurso de Omar…