Cuando la economía va mal los problemas de morosidad y la falta de liquidez se ceban con los autónomos. No son pocos los que acaban teniendo que cerrar su negocio no por falta de venta de productos o servicios sino porque no cobran a tiempo o directamente no cobran. Por eso, es importante aplicar algunos trucos para reducir el riesgo de impago.
En el momento actual es algo bastante común que los clientes alarguen al máximo el plazo de pago. Y, cuanto más se retrase el momento de abonar las facturas, más riesgo existe de que estas se queden sin pagar. Lo único que puedes hacer en una situación de este tipo es ser precavido y adoptar medidas para evitarte quedarte sin cobrar.
6Desarrolla un sistema
Para que los retrasos en los pagos y los impagos no se conviertan en un problema, lo mejor es que diseñes un plan de actuación que vas a seguir con todos tus clientes. Por ejemplo, si pasados 30 días no has recibido el pago, envías un email con copia de la factura dando un plazo de 15 días para liquidar la deuda.
Si agotado ese plazo tampoco se ha producido el pago, entonces optas por una reclamación más seria mediante burofax. Si esto tampoco funciona, acude directamente a los tribunales. Gracias al proceso monitorio puedes cobrar rápidamente, y los costes del proceso debe abonarlos el deudor. Lo fundamental es que no te resignes frente al impago, siempre hay algo que puedes hacer.