Los bancos españoles también quieren su trocito de pastel verde. Así, las principales entidades del país están mejorando sus ofertas para la adquisición de coches eléctricos a medida que el mercado se expande. Entre ellos, sobresale Banco Santander que está extendiendo sus garras con fuerza en el sector, incluso a nivel mundial. Pero no está solo. Otras grandes firmas han dado pasos sólidos en las últimas semanas para empezar a ganar cuota de mercado. Uno de los más hábiles está siendo BBVA, pero también aparecen poco a poco nombres como Caixabank o Kutxabank.
La firma que preside Ana Botín es una de las referencias del sector. Los años de conocimiento adquirido a través de su negocio de autos en Estados Unidos, que ahora funciona como un tiro, le han servido para afianzarse. Ahora, la entidad está en plena expansión. De hecho, solo en 2020 se gastó más de 1.000 millones de euros en reforzar su negocio de financiación de vehículos por toda Europa. Una apuesta que le ha llevado a los países nórdicos, Alemania, la propia España o incluso Estados Unidos. En todos ellos, el coche eléctrico está siendo el gran protagonista.
Un protagonismo que no tiene tanto que ver con el volumen de ventas actual, todavía marginal en algunos casos, como sí porque está a las puertas de un rápido crecimiento. Uno de los pocos casos de consolidación es la de Dinamarca, dónde los vehículos eléctricos obtuvieron una cuota de mercado del 54,3% durante el 2020. Banco Santander lleva trabajando en el país desde finales de 2019. En España, la cuota de mercado es mucho más baja, pero las tasas de crecimiento llegan a los tres dígitos, lo que señala que es un sector para tener en cuenta.
BBVA MEJORA LAS CONDICIONES DE SANTANDER EN SU PARTICULAR GUERRA
Sin ir más lejos, el pasado mes de mayo las ventas de vehículos 100% eléctricos vivieron uno de los mejores en los últimos años. Una tendencia que se espera se siga cumpliendo cada mes que pase. Aun así, todavía son cifras residuales. Por ello, las entidades españolas también trabajan para incluir en sus préstamos verdes a otro tipo de vehículos como los híbridos. Para la adquisición de estos modelos, los bancos españoles tienen estipulados ventajas que se apoyan, por ejemplo, en las ayudas que el propio Estado mantiene vigentes.
Es aquí dónde empieza la verdadera guerra. Y, a su vez, donde se puede apreciar como BBVA, La Caixa o Kutxabank están apretando con fuerza a Banco Santander. Así, la firma que preside Botín ofrece un préstamo para la adquisición de un coche de motor a combustión con un TAE (la Tasa Anual Equivalente) del 6,19%, mientras que en el caso de indicar de que se trata de un eléctrico o híbrido dicha tasa se reduce hasta 5,66%. En términos monetarios, el ahorro anual puede alcanzar los 130 euros en el caso de un capital de 50.000 euros para devolver en 72 meses.
En el caso de BBVA, esa diferencia es todavía más notable, dado que la TAE pasa del 7,01% al 5,10% para el mismo préstamo que se ha especificado. Un porcentaje, además, que está muy por debajo del que tiene estipulado Banco Santander que puede llegar a suponer un ahorro cercano a los 2.000 euros durante la vida del crédito. Una cantidad elevada que pone de manifiesto el paso delante de la entidad que preside Carlos Torres para ganar cuota de mercado en el sector.
LA IRRUPCIÓN DEL COCHE ELÉCTRICO CLAVE PARA LA BANCA
Cerca de las cifras de BBVA, y bastante mejores que las del Santander, se sitúa Kutxabank, otra de las entidades que más está creciendo. Así, la antigua caja bilbaína ofrece un TAE del 5,67% para sus préstamos a clientes para que adquieran eléctricos e híbridos. Por último, Caixabank está trabajando para llegar hasta esos márgenes, gracias al apoyo de Bankia. De hecho, hasta hace recientemente poco, la entidad que en su día fuera pública tenía uno de los intereses más bajos para la adquisición de vehículos, aunque ahora no aparece en su web.
En definitiva, las entidades empiezan a desatar una pequeña guerra por entrar en un negocio que podría ser más importante de lo que parece. Como bien parece haber entendido el Santander. Además, por varias razones. Por un lado, obviamente porque el coche eléctrico significa precios más altos de media que se traducen en más capital (y beneficios), en un momento en el que los tipos negativos y los pequeños diferenciales en hipotecas están lastrando al sector. Por otro lado, porque el número de préstamos necesarios va a ser muy grande.
Lo segundo, ya sea, porque un precio por vehículo más alto también implica más préstamos, con un ahorro igual o menor. A su vez, porque hay que cambiar todo el parque automóvil europeo de combustión a otros más ecológicos, lo que implica que no hay muchos traspasos generacionales de muchos coches. Por último, porque este tipo de modelos está previsto para que se renueven más que los de combustión. En conclusión, el futuro crecimiento del coche eléctrico es una gran noticia para el medioambiente, aunque lo es todavía más para los bancos.