Tener un socio tóxico es una de las peores cosas que le pueden pasar a un emprendedor, porque alguien así puede conseguir que la bonita experiencia de montar un negocio se convierta en una auténtica pesadilla. Si notas que la persona con la que te has asociado es un lastre y no te deja avanzar ni profesional ni personalmente, quizá sea hora de hacer cambios.
Encontrar un socio no es fácil, y no siempre se tiene la suerte de acertar a la primera. Esa persona que parecía ideal para trabajar codo a codo contigo puede acabar siendo un gran problema: llega tarde, genera mal ambiente en el trabajo, nunca hace críticas constructivas, es demasiado exigente, gestiona mal el dinero… Si las cosas van mal, es momento de buscar soluciones.
3Dejarlo todo por escrito para evitar problemas
Una de las causas de que la relación entre los socios se pueda enrarecer es que ninguno tiene muy claro hasta dónde llegan sus competencias y cuáles son exactamente sus obligaciones. Una buena forma de evitar esto es firmar un pacto entre socios, un documento especialmente útil para los emprendedores.
En él se establecen las obligaciones y responsabilidades de cada uno de los socios. De esta forma, resulta mucho más fácil que cada uno sepa lo que debe hacer en cada momento y qué es lo que no debe hacer. Además, en un documento de este tipo también se pueden regular procedimientos para resolver posibles conflictos.
Un pacto entre socios redactado por un especialista y consensuado entre todos los que se van a asociar disminuye mucho el riesgo de que aparezca un socio tóxico. Si la parte con la que estás intentando pactar se opone desde el principio a establecer unas normas de actuación, ya sabes que no estás tratando con la persona indicada para trabajar contigo.