Tener un socio tóxico es una de las peores cosas que le pueden pasar a un emprendedor, porque alguien así puede conseguir que la bonita experiencia de montar un negocio se convierta en una auténtica pesadilla. Si notas que la persona con la que te has asociado es un lastre y no te deja avanzar ni profesional ni personalmente, quizá sea hora de hacer cambios.
Encontrar un socio no es fácil, y no siempre se tiene la suerte de acertar a la primera. Esa persona que parecía ideal para trabajar codo a codo contigo puede acabar siendo un gran problema: llega tarde, genera mal ambiente en el trabajo, nunca hace críticas constructivas, es demasiado exigente, gestiona mal el dinero… Si las cosas van mal, es momento de buscar soluciones.
2Mejor prevenir que curar
Nadie quiere tener que enfrentarse a un socio tóxico, así que lo importantes es que escojas muy bien con qué tipo de persona vas a trabajar. Necesitas a alguien que sea capaz de complementar tus habilidades, para que podáis crear sinergias que permitan darle un mayor impulso al negocio.
Pero ten en cuenta que no te vale cualquiera. Hay personas que pueden tener los conocimientos y experiencias que tú consideras adecuados y necesarios para tu proyecto, pero quizá su forma de ser y de trabajar no encaje contigo. Si es así, existe un alto riesgo de que acaben surgiendo problemas dentro de vuestra sociedad. Por tanto, lo mejor es que no tengas prisa a la hora de buscar un buen socio.