Una ruptura matrimonial nunca es fácil, pero la cosa se complica todavía más si los cónyuges decidieron emprender en pareja en su momento. Incluso si solo uno de ellos es dueño de la empresa, la separación puede tener consecuencias legales para la misma.
No obstante, un divorcio no tiene que implicar necesariamente la desaparición del negocio. Hasta en aquellos casos en los que pertenezca a ambos, se puede llegar a un acuerdo. Por otro lado, no hay que perder de vista la importancia del régimen económico matrimonial.
5Las deudas también se reparten
Aunque hemos hablado del reparto de ganancias, es importante tener en cuenta que las deudas también se reparten en la misma proporción, así que uno de los cónyuges puede encontrarse con que tiene que afrontar el pago de deudas que pertenecen a un negocio que no es suyo.
Por eso, antes de llegar a un acuerdo es imprescindible tener muy claro cuál es la situación actual del negocio, que beneficios hay para repartir y cuáles son las deudas que están pendientes de pago.