El acuerdo se ha hecho esperar. MásMóvil ha tardado más de un año en comunicar el que será su proveedor de 5G para el ‘core’ de la red. El afortunado es la compañía de origen nórdico Ericsson. Un fabricante que ya trabajaba en las infraestructuras del operador amarillo, y que ahora tendrá más peso. Esto deja fuera a Huawei y la extraña situación de tener solo un fabricante con el mayor peso de su red.
No obstante, todas las ‘equis’ de la ecuación encajan en la estrategia tejida por Meinrad Spenger. El contexto de la red móvil de 5G en MásMóvil -en realidad- es pequeño. Con dudas ante la puja de más espectro de radio, y el megacuerdo que tiene que Orange España, la compañía que cuenta con marcas como Yoigo y Pepephone tampoco necesita de mayores alardes.
Por ese motivo, cerrar con Ericsson una extensión de su acuerdo y dejarle como principal socio en materia de infraestructura ha sido la opción sencilla. En primer lugar porque el retraso era considerable (un año sobre la fecha prevista); y además, porque se evitan mayores problemas con respecto a Huawei.
La lluvia sobre el fabricante chino ha dejado de caer. Al menos con la misma intensidad que hace meses. Pero eso no evita que la situación en estos momentos sea de absoluta normalidad. Durante el proceso, según pudo conocer MERCA2, no hubo ningún tipo de discriminación sobre compañías. Pero el resultado final es el que es, aunque desde Huawei rechazan hacer ningún tipo de declaración al respecto.
MÁSMÓVIL Y EL 5G
Sobre el acuerdo, como suele suceder en estas situaciones, ha trascendido la información justa, principalmente en materia económica. En cuanto a lo técnico, este proyecto de transformación de la red core convierte supone para MásMóvil soportar la evolución del actual 5G al 5G Standalone (SA) e incluye: 5G Core de Ericsson, Ericsson Cloud Native Infrastructure, Ericsson Cloud IMS, Automatización de integración y despliegue de SW continua (CI/CD), Orquestación de red, CENX Service Assurance, todo ello operado mediante Servicios Gestionados de 5G.
El nuevo ‘core’ ayudará, según explican desde el operador amarillo, “a introducir 5G de forma rápida y eficaz manteniendo y extendiendo al mismo tiempo los servicios existentes y también incluye capacidades para abrir la red a un ecosistema de socios facilitando la innovación empresarial mediante la función de Exposición de Red de Ericsson introducida. Además, se asegura el acceso y se elimina la complejidad de la red subyacente, lo que permite a los desarrolladores centrarse únicamente en los servicios”.
Pese a todo, lo cierto es que MásMóvil afrontará el 5G como ha hecho con gran parte de su negocio: siendo ágil a la hora de negociar, tener poca red para reducir opex y con unos precios finales muy ajustados para engordar la base de clientes.
Por eso, las últimas intervenciones públicas de Meinrad Spenger, donde mantiene su disconformidad con el actual sistema de subasta de espectro, parece más la escenificación de un papel, que la queja real de quien va a pujar por espectro. Sus dos principales competidores, Orange y Vodafone, tienen más de 15.000 emplazamientos radioeléctricos, mientras que MásMóvil cuenta con menos de la mitad. Su guerra es otra, y la está sabiendo jugar mejor que nadie.