Pánico. Temor. Huida. Las palabras más repetidas estos días en el mundo de las criptomonedas dan sensación de que el bitcoin, como baluarte de este, podría tener sus días contados. Primero fue Elon Musk, el gurú al que todo el mundo parece seguir, más tarde la intención de la Reserva Federal estadounidense (FED) y, por último, China, parecen que están dando la puntilla a dichos activos. Aunque la realidad es más bien la contraria. De hecho, si se analizan las noticias no son tan malas. Hasta el punto de que el poder financiero más grande del mundo, Wall Street, está desembarcando lentamente en él.
Así, a medida que la fiebre por las divisas digitales se disparaba, a base de subidas verticales, los grandes bancos de Estados Unidos se han ido aventurando en ese mercado. En marzo, Morgan Stanley se convirtió en el primero en ofrecer a los clientes ricos acceso a fondos bitcoin. Recientemente, Goldman Sachs revivió la interfaz de cifrado que había dejado de funcionar en 2017. Por su parte, Citigroup explicó que puede ofrecer también dichos servicios. Otros más pequeñas, como BNY Mellon y State Street, compiten por administrar los fondos cotizados en bolsa de bitcoins.
Incluso la entidad más grande del mundo, JPMorgan, que en su día dijo que se mantendría alejado de las criptomonedas ahora insinúa que podría comenzar a operar. La clave para la entidad era que la actividad se debía regular, algo en lo que ya está trabajando la FED. Además, la batalla que mantienen los más pequeños, por administrar fondos cotizados con bitcoins, también está bajo revisión por parte del regulador para recibir la luz verde. La inversión en el mundo de las criptomonedas se está profesionalizando hasta el punto de que la CNMV, que nunca ha destacado por su velocidad, ya permite su uso a los fondos españoles.
EL BITCOIN ESTÁ MADURANDO
Con ello, se está logrando el primer gran objetivo que los seguidores del bitcoin se marcaban años atrás: una institucionalización de la inversión. Pero la regulación tiene otro efecto beneficioso para el inversor a largo plazo, ya que su presencia ayuda a asegurar las inversiones. En primer lugar, porque exige a las compañías que trabajan con estos activos ser más rigurosas y mantener más posiciones de liquidez para evitar sustos. De hecho, uno de los primeros golpes en estos días que recibió la moneda digital fue Tether, uno de los participantes más activos del mercado, reconoció que solo mantenía un 2,9% de efectivo para respaldar más de 58.000 millones que mantiene en activos.
Además, en mitad del caos de venta algunos de los grandes actores del mundo bitcoin, como Coinbase, experimentaron interrupciones en su servicio de cifrado. Unos parones que implicó que muchos no pudieran comprar en plena caída en picado, lo que llevó a que el castigo para el valor fuera mayor. Esos problemas se podrían solucionar próximamente si los grandes gigantes de Wall Street terminan de embarcarse en el mercado, como están haciendo.
Por último, la regulación tiene otro efecto beneficioso: tiende a limpiar toda la suciedad que venía acumulándose detrás del bitcoin y otras cripto. En especial, en forma de dinero procedente del narcotráfico o el terrorismo. Así, en la actualidad, la firma Binance, una de las mayores plataformas de intercambio, está siendo investigada precisamente por el Departamento de Justicia y el Servicio de Impuestos Internos de los Estados Unidos por posibles prácticas de lavado de dinero y delitos fiscales.
UN FUTURO ATRAYENTA PARA EL GENIO RAY DALIO
De hecho, ese tipo de investigaciones junto al papel de la SEC podrían estar detrás de la salida de una parte importante del dinero que estaba metido en bitcoin y otras criptomonedas ante el temor de ser descubierto e incautado. Al fin y al cabo, ya se sabe que no hay nada más miedoso que un millón de dólares que se suele decir. Por todo ello, no solo una parte de la corrección es predecible, sino también recomendable.
En el caso de Musk y China la situación tampoco parece ser dramática. En el caso del primero, su adiós como forma de pago en Tesla no ha implicado una venta de los bitcoins que todavía posee, según afirmó él mismo. Además, no es definitivo, sino un parche temporal hasta que las nuevas tecnologías puedan ser capaces de generar monedas de forma más eficiente, en gasto de energía, y limpia, en forma de la fuente energética utilizada. Ahí entra, en parte, el anuncio de China que, sin duda, es el gran generador de bitcoins del mundo, que reúne cerca de un 70% de la minería, y el gran contaminador.
En definitiva, las últimas noticias y la corrección no son tan malas como podría parecer. Además, recientemente se ha unido al club de los defensores de bitcoin una eminencia inversora como Ray Dalio. La criptomoneda todavía está lejos de ser una reserva segura de valor como ha sido siempre el oro, pero tampoco ha perdido todo su valor ni mucho menos sus fundamentales, que son muchos, han desaparecido. Si Wall Street entra en el juego eso es que el verdadero poder financiero por fin se está tomando en serio a las criptomonedas.