Desafortunadamente, el fraude en los ERTE es algo mucho más común de lo que parece. Mientras que hay autónomos que están cumpliendo la legalidad al pie de la letra y se esfuerzan día a día para intentar que su negocio sobreviva, hay otros que han preferido la vía “fácil” y están cometiendo fraude para acceder a prestaciones y exoneraciones que no les corresponden.
Sin embargo, este tipo de conductas pueden llegar a salir muy caras, puesto que quien cobra algo que no debería haber cobrado tendrá que devolver después ese dinero si es descubierto. Si además se estima que ha habido mala fe, entonces se puede imponer una sanción.
6Multas que se imponen en estos casos
Los fraudes cometidos con respecto a los ERTE constituyen infracciones según la Ley de Infracciones y Sanciones del Orden Social, así que también pueden llevar aparejada la imposición de una multa que siempre recaerá sobre el empleador, nunca sobre sus trabajadores.
Dependiendo de la gravedad del fraude la cuantía de la multa puede oscilar entre los 6.250 y los 187.500 euros. Pero hay más, si el caso es extremadamente grave, un fraude de este tipo puede llegar a tener consecuencias penales.
Hasta el momento se han impuesto sanciones a un 15% de los empleadores inspeccionados, con un valor total de 21,9 millones de euros. Lo que implica que la sanción media es de casi 5.000 euros.