Desafortunadamente, el fraude en los ERTE es algo mucho más común de lo que parece. Mientras que hay autónomos que están cumpliendo la legalidad al pie de la letra y se esfuerzan día a día para intentar que su negocio sobreviva, hay otros que han preferido la vía “fácil” y están cometiendo fraude para acceder a prestaciones y exoneraciones que no les corresponden.
Sin embargo, este tipo de conductas pueden llegar a salir muy caras, puesto que quien cobra algo que no debería haber cobrado tendrá que devolver después ese dinero si es descubierto. Si además se estima que ha habido mala fe, entonces se puede imponer una sanción.
2No comunicar al SEPE la recuperación del empleado
Este es otro fraude en los ERTE bastante habitual. Suelen cometerlo negocios que han estado cerrados por orden administrativa debido a las medias contra la pandemia que, al abrir de nuevo, recuperan a uno o vario de sus empleados y no lo ponen en conocimiento del SEPE.
En muchos casos no es que se haya obrado de mala fe, es sencillamente que el empleador no sabe que debe comunicarlo o se le ha olvidado. Pero, sea cual sea la razón por la que no se ha comunicado, esto tiene la consideración de infracción grave y se sanciona como tal.