A la hora de emprender, elaborar un plan de negocio es esencial. Este documento te servirá como guía para tener en cuenta tus objetivos y las acciones que debes llevar a cabo para conseguirlos. Pero, a la vez, también te resultará útil si quieres acceder a subvenciones públicas o necesitas financiación externa.
El plan es algo así como el esqueleto de tu proyecto. Con solo mirarlo un experto ya puede saber si lo que tienes en mente es o no viable. De hecho, una de las razones para elaborarlo es que tú mismo descubras si tu idea tiene o no posibilidades de éxito. Pero, cuidado, porque puede que tu plan no esté todo lo bien elaborado que debería, lo que puede estar haciendo que no consigas inversores o que no avances en la puesta en marcha de tu proyecto. Por eso, es hora de mejorarlo.
1Define claramente tu idea de producto o servicio
Tu producto o servicio es el eje central de tu negocio y, por tanto, debería estar definido a la perfección en tu plan de negocio. Pero puede ocurrir que con las prisas no lo hayas detallado todo lo que sería conveniente. Y esto consigue que a los inversores no les quede nada claro cuál es la idea central de tu proyecto.
La utilidad de un plan de negocio no se mide por la extensión del mismo, sino por la calidad de la información. A la hora de definir tus productos o servicios hazlo de la forma más directa posible, sin dar rodeos. Dile a los demás (y a ti mismo) qué vas a hacer y cual es el motivo para hacerlo.