Entre las diferentes habilidades y capacidades que debe tener un emprendedor siempre se menciona el liderazgo. Sin embargo, no siempre quién está al mando tiene todo el poder que debería. Un líder débil no está capacitado para tomar las mejores decisiones ni sabe cómo manejar a su equipo.
Por eso, si tienes personas a tu cargo, es hora que hagas una evaluación de tus capacidades y conozcas cómo es tu tipo de liderazgo. Si resulta que es débil, es momento de empezar a hacer cambios para conseguir convertirte en un ejemplo a seguir para los demás y que así te resulte más fácil llevar tu negocio hasta el éxito.
6No repartes bien el trabajo
Un buen líder debe ser capaz de asignar las tareas a las personas más capacitadas para ellas. Si en lugar de ello adjudicas la misma tarea a diferentes personas para ver quién lo hace mejor, y además no les explicas que lo has hecho así, lo más común es que surja un sentimiento de desconfianza dentro del equipo de trabajo.
Tus empleados sentirán que no confías en ellos, y que además no conoces o no valoras lo suficiente sus capacidades, lo que te lleva a ser inexacto a la hora de repartir las tareas. Y este es un fenómeno que afecta mucho a la motivación y puede provocar que algunos empleados decidan marcharse o, por lo menos, no dar lo mejor de sí mismos en el trabajo.