Entre las diferentes habilidades y capacidades que debe tener un emprendedor siempre se menciona el liderazgo. Sin embargo, no siempre quién está al mando tiene todo el poder que debería. Un líder débil no está capacitado para tomar las mejores decisiones ni sabe cómo manejar a su equipo.
Por eso, si tienes personas a tu cargo, es hora que hagas una evaluación de tus capacidades y conozcas cómo es tu tipo de liderazgo. Si resulta que es débil, es momento de empezar a hacer cambios para conseguir convertirte en un ejemplo a seguir para los demás y que así te resulte más fácil llevar tu negocio hasta el éxito.
4No sabes tratar a tu equipo
Un líder débil se comporta como un jefe al estilo clásico y no tiene problema en corregir e incluso regañar en público a sus empleados. Esto, que no parece importante, puede causar una sensación de humillación y malestar en el equipo de trabajo. Si hay algo que nunca debería tenerte un subordinado, es miedo.
Cuando el liderazgo de alguien está debilitado es normal que recurra a malas prácticas como humillar, gritar y montar escenas. Esto no solo no corrige las actitudes incorrectas, sino que consigue que el equipo de trabajo se desapegue todavía más de quien se supone que es su líder.