Desde que comenzó la crisis económica asociada al coronavirus hemos oído hablar con bastante frecuencia de las empresas zombie, un término que también se puede aplicar a los autónomos y que hace referencia a profesionales o entidades que carecen de recursos suficientes para subsistir por sí mismos y solo siguen operando gracias a las ayudas públicas.
Se estima que una vez que desaparezcan medidas como el cese de actividad, los ERTE y las ayudas directas, se producirá el cierre de miles de empresas y la baja en el RETA de un número considerable de autónomos, porque su situación económica ha llegado a un punto de no retorno.
1Las empresas zombie, el temor de Europa
El reparto de los fondos europeos no ha sido precisamente fácil, porque uno de los mayores miedos a nivel europeo es que el dinero acabara en manos de entidades y profesionales cuyos negocios ya no son viables. Empresas y profesionales que hoy por hoy siguen trabajando gracias a que las ayudas públicas les dan un cierto respiro.
Dado que la finalidad de los fondos europeos es impulsar el crecimiento económico, de nada sirve darle dinero a quienes incluso antes del comienzo de la crisis del coronavirus ya estaban atravesando un mal momento. Por eso, uno de los requisitos que se han fijado para acceder a las ayudas directas es que se trate de negocios viables desde el punto de vista económico.