La pandemia ha tenido graves consecuencias a nivel mundial. Lo que en un principio parecía algo anecdótico que pasaría pronto, se ha convertido en un fenómeno a nivel global que tiene al mundo medio paralizado. Sin embargo, incluso de algo tan negativo como lo que estamos viviendo se pueden sacar cosas buenas.
Quizá 2020 y 2021 no han sido los mejores años para quienes tenían en mente poner en marcha un proyecto empresarial, pero de todo lo vivido se pueden extraer grandes lecciones a título personal y profesional que los emprendedores pueden aprovechar.
4La pandemia nos ha demostrado la fuerza de la viralidad
Es un juego de palabras, pero es totalmente cierto. Igual que el virus se ha extendido por el mundo, el emprendedor necesita que la visibilidad de su negocio crezca a un ritmo casi casi igual de rápido. A día de hoy no sirve de nada tener una empresa si nadie la conoce más allá de las fronteras de su localidad.
Internet nos brinda la oportunidad de vender productos y servicios en todo el mundo. ¿Por qué no aprovecharla? Un emprendedor no debe dejar pasar ninguna oportunidad para dar a conocer su negocio. Esto implica hacer marketing en redes sociales, entregar tarjetas de visita, hacer publicidad al estilo tradicional, networking y todo lo que esté en su mano para conseguir que su negocio deje de ser un desconocido.