Maxi Iglesias lleva casi dos décadas delante de las cámaras. Y aún así sigue cosechando éxito tras éxito. Eso sí, siempre que se le pregunta en las entrevistas para promocionar su trabajo del momento, insiste en que le gustaría hacer otro tipo de papeles y no encasillarse en el rol de chico guapo conquistador. Hasta ahora, pocos han sido los personajes que ha interpretado que se han alejado de cualquier carga de tensión sexual no resuelta. Para él es un pequeño ‘drama’ que confía superar con el paso de los años y que las propuestas vayan más allá de ser un ‘ligón’. Por ahora, el último proyecto en España, ‘La cocinera de Castamar’, sigue esta dinámica, multiplicada.
Resulta llamativo que el actor madrileño sea tan emparejable en la pantalla y haya conseguido ser un misterio en lo personal. Apenas se le conocen relaciones estables, y se muestra siempre muy reticente a hablar de su corazón. En los photocalls y alfombras rojas suele ir sólo o con algunos compañeros de reparto. Sólo algunos de los más avezados paparazis han conseguido alguna instantánea de un paseo romántico por su barrio.
6EN ESPAÑA, SIEMPRE CON PAPELES DE LIGÓN
Más allá de su aventura mexicana, todo regreso a España para un nuevo proyecto le ha sacado sin camisa y con escenas de cama o de miradas infinitas. Lo vimos en ‘La Embajada’, en ‘Valeria’, donde curiosamente sustituyó a un actor argentino que finalmente se cayó del proyecto. Entonces, Maxi Iglesias no tuvo más remedio que insistir en que era hacer de seductor en una comedia romántica, cuando en otras entrevistas ha demostrado su interés por papeles sutilmente diferentes.
En ‘Desaparecidos’ aunque hay una especie de trama amorosa entre la atracción y lo platónico con la protagonista, su papel va un poco más allá. Sin embargo, en ‘La cocinera de Castamar’, de nuevo en Antena 3, vuelve para atrás en sus propósitos de no ser siempre un personaje ligón.