Desde hace un tiempo asistimos a un auge de los alimentos fermentados. El proceso en sí no es novedoso, pues se hace desde principios del siglo XX y supuso menores pérdidas económicos y menores infecciones. Lo que es una novedad es que los alimentos fermentados se hayan convertido en una tendencia gastronómica. Uno de estos alimentos es el kéfir, un probiótico con origen en el Cáucaso hace ya unos cuantos siglos. Pero ¿qué es el kéfir y que es lo que ha hecho que se haya introducido tan bien en nuestro día a día? ¿son ciertos todos los beneficios que le atribuyen?
5Cómo consumirlo
Si bien hace un tiempo era más difícil conseguir kéfir en nuestro país, en la actualidad numerosos supermercados lo venden. Además, no es complicado hacerlo en casa y tenerlo siempre a mano. Las formas de consumirlo son diversas. Lo puedes tomar sólo o con azúcar, como si fuese un yogur. Le puedes añadir cereales, muesli… o también puede ser una buena base para hacer batidos de frutas o una crema de verduras. También lo puedes utilizar en repostería para hacer un bizcocho, una tarta o incluso para hacer pan, aunque es una pena porque con el calor desaparecerá parte de su aporte nutricional y sus propiedades probióticas. De hecho, ese es uno de los consejos principales si quieres que el kéfir tenga intactas sus propiedades, debes mantenerlo refrigerado hasta el momento justo en que lo vayas a consumir.