Estos elementos de protección se han transformado en un complemento más para todas las personas. Por eso, muchas marcas han aprovechado para hacer negocio lanzando sus propias mascarillas, aunque no todas son tan fiables y seguras como las mascarillas FFP2. Éstas se han convertido en la opción más segura, pero tampoco están libres de inconvenientes.
Uno de los problemas más importantes del uso masivo de mascarillas en todo el mundo es la cantidad de residuos que se están generando. Algo que afectará al medioambiente de forma considerable. En cambio, nuevamente científicos españoles del CSIC han desarrollado una idea que aúna lo mejor de las FFP2 y el respeto por el medio con una línea biodegradable.
5¿Dónde se fabrican?
Otra de las ventajas de estas mascarillas biodegradables es que darán empleo y generarán beneficios en España. No son mascarillas desarrolladas aquí y fabricadas en factorías de China, como ocurre con otros productos.
En este caso se han desarrollado por el CSIC y se fabricarán en la empresa catalana Palens, en su planta de Vilasar de Mar (Barcelona).
Palens ya era una compañía conocida por sus mascarillas certificadas. Comenzó su actividad en marzo de 2020, ante la necesidad de mascarillas. Desde agosto de ese año están fabricando mascarillas desarrolladas conjuntamente con Bioinicia y el CSIC, y ahora también producirán estas.