Las ministras Nadia Calviño, Yolanda Díaz; y el ministro José Luis Escrivá marcarán gran parte de la actualidad económica durante los próximos meses. Encima de la mesa la reforma de las pensiones y la reforma del mercado laboral. Escrivá y Díaz a los mandos frente a los agentes sociales. De por medio, Calviño para que nada se tuerza. Y junto a esta cuerpo trino, otros ministros como José Luis Ábalos y Teresa Ribera, con importantes asuntos que sacar adelante.
Cuando gran parte de la ciudadanía insiste en que no le importa la política, es porque no piensa en la capacidad que tienen los ministros para incidir de manera directa en nuestras vidas.
Un ejemplo es la reforma de las pensiones. Clave para cualquier español, en estos momentos la negociación con sindicatos y patronal está estancada Al igual que la reforma laboral necesita avanzar contenido para presentar a Bruselas. Los fondos mandan. Pero puntos clave como la jubilación forzosa, la indexación de los precios con el IPC y la adecuación del retiro forzoso con respecto al real, están marcando unas negociaciones muy intensas.
Europa necesita ver un boceto de esta reforma. Se trabaja con el reloj mirando. Aunque por fortuna para el responsable del Ministerio de Seguridad Social, el grueso de la reforma lo puede desarrollar a lo largo de este año.
Con la reforma laboral sucede lo mismo. Y aquí se añade el componente ideológico. Una vez con Pablo Iglesias fuera del Gobierno, y Yolanda Díaz con mayor mancha ancha (se espera), habrá que comprobar hasta qué punto rebaja las exigencias hacia la patronal, o hace un gesto de buena voluntad con la ministra de Asuntos Económicos.
Por lo que respecta a la negociación de la reforma laboral, también está estancada. En este caso han prometido reuniones continuas para desatascar la situación. Además, de por medio se sitúa la importancia que ha cobrado la figura de los ERTE y cómo se ha visto insuficiente ante ciertas contingencias.
FUERA DE LAS IDEAS
El problema de esta santísima trinidad, y el Gobierno de coalición en general, es la discrepancia ideológica entre las distintas facciones del Ejecutivo. Por eso, la marcha de Pablo Iglesias marcará los derroteros. Aunque en este aluvión legislativo, otros ministros también tienen su propio ‘vía crucis’ una vez pase la Semana Santa.
Por ejemplo, el ministro José Luis Ábalos tiene la Ley de Alquiler entre manos. Y aquí, de nuevo, hay cierta distancia de ideas con sus socios de Gobierno. La regulación del precio, así como la conceptualización sobre la “vivienda vacía”, marcan las posturas iniciales a legislar.
En cuanto a legislación que debe ver la luz de manera definitiva está la Ley de Cambio Climático. Para después de las vacaciones santas se espera que el Congreso valide la nueva ponencia que prepara el equipo de Teresa Ribera tras las pertinentes enmiendas de la oposición. Más tarde al Senado y, por fin, lista una normativa necesaria para entrar en la economía ‘verde’ de pleno derecho.
Asimismo, hay otro aspecto fundamental que está en manos del Gobierno: la subasta de frecuencias del 5G. En concreto, el espectro del 700 MHz, una de las claves para el mejor desarrollo de esta tecnología móvil.
Se trata de un aspecto importante por dos motivos. El primero tiene que ver con la propia recaudación de la subasta, que va a las arcas del Estado; y, por otra parte, la necesidad de aclarar el futuro a los operadores de telefonía para que puedan ejecutar sus inversiones con una hoja de ruta concreta.
Bajo este escenario, las medidas económicas del Gobierno tendrán un gran impacto los próximos meses. Y todo ello bajo la sombra de un posible adelanto electoral. Motivo por el cual muchas medidas entrarán más en el terreno de lo ideológico que lo económico.