Que el último año ha cambiado muchos aspectos de nuestras vidas es una afirmación que todos damos como cierta. Y, dentro de todo lo sucedido, hay muchísimas cosas que nos hacen reflexionar.
Probablemente, una de las más mencionadas ha sido, sin lugar a dudas, el papel que ha jugado la digitalización de nuestras vidas, especialmente en lo referido a internet. Y es que, el confinamiento obligó a un encierro forzoso, en donde internet ha sido, en muchos casos, la única posibilidad de mantener contacto con el exterior.
Uso forzoso
Ya hacía un tiempo que las herramientas estaban allí, pero no habíamos necesitado de ellas de una manera tan intensa e intensiva como hemos hecho uso en los momentos más duros de la pandemia: comercio online, plataformas de ocio, banca online…
Pero, a raíz de necesitar bienes y servicios a los que la única posibilidad de acceso era la vía online, la mayoría de la gente empezó, no sólo a darse cuenta de su existencia, sino también a utilizarlas. Las tiendas de productos no esenciales, los cines, los restaurantes… todo obligatoriamente cerrado.
Y, dentro de todo este panorama, también los servicios financieros, puesto que las operaciones bancarias se limitaban al uso de cajeros, sin que las entidades pudieran cursar cualquier otro tipo de gestión.
La banca online
En realidad, hace bastante tiempo que podemos disfrutar de los servicios de banca online en nuestro país. La irrupción de las denominadas Fintech, que se definen como aquellas empresas que ofrecen herramientas financieras por medio de las nuevas tecnologías, puede detectarse desde hace ya más de un lustro.
Los servicios que ofrecen estas herramientas son muy variados, pero las primeras empresas que se implantaron en nuestro país, como por ejemplo WannaCash, una de las Fintech más reconocidas en España, se ha especializado en optimizar la gestión de servicios de financiación, tales como préstamos online y minicréditos, pero también hay entidades que se enfocan en servicios bancarios en general, como tarjetas de crédito, hipotecas o productos de inversión. En todo caso, su papel es muy importante, por la revolución que aportaron dentro del sector, obligando a las tradicionales entidades bancarias a renovarse y modernizarse.
Un sector en evolución y crecimiento
En 2019 se contabilizaban 385 empresas tecnológicas enfocadas al sector financiero y a la economía digital, frente a una banca tradicional que está muy limitada tecnológicamente y reacia a innovar y optimizar los procesos de gestión, debido a que están muy condicionadas por los reguladores y sobre todo por los resultados de sus balances. De hecho, estos bancos tradicionales están invirtiendo y trabajando en ofrecer productos más afines a las Fintech que a la misma banca tradicional.
Desde su origen en 2015, el número de Fintech en España se ha multiplicado por cinco. Y las previsiones del sector son muy positivas, puesto que situaciones como el confinamiento han provocado que muchos usuarios descubrieran sus servicios y la actual situación de crisis también ayudará a ese incremento de la demanda.
Causas de las expectativas positivas
Como se ha dicho, el sector alcanzó cifras más que interesantes en el pasado año. El repentino parón de empresas por el obligado confinamiento de la ciudadanía y el hecho de que la administración no daba abasto con la tramitación de los ERTE de los trabajadores, provocó que los préstamos rápidos en España sean cada vez más solicitados para hacer frente a esa falta de los ingresos, lo que además provocó un aumento importante en la inclusión financiera digital.
La banca tradicional no es capaz de prestar estos servicios de forma rápida y ágil, por lo que fueron muchos los usuarios de estas Fintech, como WannaCash que tuvieron que recurrir a este sector para sobrevivir en esta situación puntual.
Un futuro en positivo
Al igual que en el comercio online, los usuarios han eliminado los diferentes frenos hacia estas entidades financieras y ahora son más receptivos a utilizar sus servicios. Como quiera que la ansiada recuperación económica no llega por las tercera y cuarta oleadas de la pandemia, se estima que las familias van a tener que volver a recurrir a estos préstamos hasta que la situación se estabilice.
Y es que, además, estos servicios tienen muchas ventajas respecto a las entidades bancarias tradicionales. En primer lugar, no es necesario acudir a una oficina física, puesto que todas las gestiones se realizan a través de internet. La cantidad de documentación es muy reducida, limitada a un formulario y a tener el DNI actualizado.
Dinero en cuestión de minutos
En muchas ocasiones el préstamo se puede realizar incluso si el solicitante consta en ficheros de morosos como al ASNEF y la transferencia del dinero prestado se hace en apenas unos minutos, toda la vez la solicitud ha sido aprobada por la entidad.
Con la actual situación en la que más de 350.000 autónomos no están pudiendo siquiera subsistir con su trabajo, cuatro millones de desempleados, más de 700.000 personas en ERTE y con la situación sanitaria aún por resolver, se antoja que la recuperación está aún lejana, por lo que este tipo de productos pueden dar un respiro a muchas personas y muchas familas.