La administración pública toma partido en la guerra iniciada contra Uber en Barcelona. El Área Metropolitana de Barcelona (AMB) trabaja desde hace meses en una ‘app’ para competir con la aplicación de Uber.
Colau ha instado al Instituto Metropolitano del Taxi (IMET), dirigido por Rosa Alarcón (PSC), a entregar el nuevo proyecto durante el primer trimestre de 2022, mientras insta a Uber a presentar de nuevo sus requisitos para poder operar en Barcelona, pese a entregarlos en noviembre del pasado año, tal y como explican fuentes de la tecnológica estadounidense a MERCA2.
«El IMET está trabajando(…) para poder acercar la demanda a la oferta de taxis», han asegurado fuentes del IMET a este medio; mientras pone trabas a Uber pese a contratar los servicios de taxistas. Es en la Mesa Técnica del Taxi donde se conocen de primera mano los avances de la ‘app’. En esta tabla están sentado Élite Taxi, el sindicato más beligerante contra Uber, con dos asientos: en representación del sindicato y de los asalariados, mediante su líder Alberto Álvarez. El resto de miembros en esta tabla son Taxi Companys y Asociación Empresarial del Taxi.
Todos ellos tienen conocimiento de los trabajos de desarrollo de la aplicación «desde el inicio», según explican desde el IMET a este medio. Sin embargo, las mismas fuentes evitan responder a las cuestiones económicas y administrativas.
FONDOS EUROPEOS PARA FRENAR A UBER
Se espera que las pruebas piloto comiencen en los primeros tres meses del próximo año. Serán los representantes de la Mesa Técnica del Taxi de Barcelona quienes la prueben para conocer la evolución tras analizar los datos.
El IMET confirma que la financiación partirá de fondos europeos porque cumple las tres premisas requeridas, como la digitalización, innovación y sostenibilidad. «El desarrollo de la aplicación que se pondrá al servicio de los taxistas y de la ciudadanía, tiene una complejidad y exigencias muy elevadas, y el IMET está trabajando en el proyecto de forma intensa», ha afirmado el instituto.
Por otro lado, este ente público no ha validado aún la ‘app’ de Uber pese a que la tecnológica envió los requerimientos el 24 de noviembre del pasado año. La empresa con sede en San Francisco (California, EEUU) trabaja ahora con tan sólo un 10% de la flota anunciada, de unos 350 taxistas, debido principalmente a «la campaña de intimidación de algunos sectores del taxi», según ha denunciado.
SEGUIMIENTO E INFILTRADOS EN UBER
Este hecho «ha provocado que muchos taxistas tengan miedo de salir a trabajar», ha lamentado Uber, que ha pedido a la administraciones tomar medidas para «para frenar esta situación«. Desde el IMET guardan silencio sobre estas prácticas, mientras sectores del taxi continúan su ‘caza de brujas’ para ahuyentar a los conductores.
La estrategia, en este sentido, es clara. Compañeros denunciando a compañeros por el hecho de trabajar con Uber, independientemente de los controles realizados por la Administración catalana. Los sectores más beligerantes tratan de captar el servicio de taxistas de Uber, con más de 800 peticiones en los primeros días a través de la ‘app’. Al único conductor que han encontrado le han advertido de posibles consecuencias si continuaba prestando este servicio.
Otra de las formas que tienen los taxistas de mantener este boicot a Uber pasa por infiltrarse como conductores dentro de la ‘app’. El fin es poder detectar al resto de compañeros más ágilmente y exponerles públicamente. Otra de las estrategias utilizadas por estos taxistas es señalar públicamente a quien defiende a Uber. Una muestra más de las tácticas empleadas en esta guerra para evitar «por todos los medios» el normal funcionamiento de la tecnológica en la capital.