En algún momento, se ha llegado a popularizar esa frase que decía: ‘Sacrificar la Semana Santa para salvar el verano’. Una frase retórica que más allá de bien traída analogía a la crucifixión (que es sinónimo) es como poco imbécil. Además, lo es por varios motivos. La primera es porque a tres meses vista no es realmente relevante. La segunda es que será la vacunación la verdadera fuerza que debe salvar la temporada estival. Un proceso que, por cierto, se ha parado sin pruebas. Por último, que en muchas regiones los días de pascua son un porcentaje muy importante de su turismo.
Un ejemplo paradigmático de ello es Castilla y León. En realidad, lo son muchas zonas del interior. La extensa meseta castellana vivió en 2019 «la mejor Semana Santa de la historia en términos turísticos», en palabras del director general de Turismo de la Junta de Castilla y León, Javier Ramírez. Así, la región acogió en los pocos días que suponen la pascua cerca de un 20% de las pernoctaciones hoteleras que registró en todo el año, con 617.000 visitantes pernoctación sobre un total ligeramente superior a los tres millones.
En el caso de los visitantes que llegaron en Semana Santa la cifra ascendió al 17% del total en el año, con unos 360.000 sobre cerca de dos millones de viajeros que recibió la región en 2019. La gran mayoría de ellos, además, tenían nacionalidad española. De hecho, durante ese mes de abril, Castilla y León recibió un nivel récord de turistas españoles con un porcentaje del 6% del total de viajes, según los datos del INE. Para hacerse una idea de lo importante que son esos días, frente al querido verano, en julio y agosto esa cifra apenas sobrepasó el 4%.
MAÑUECO, MÁS SANCHISTA QUE EL GOBIERNO CON RESULTADOS PÉSIMOS
Así, solo en Semana Santa el impacto económico que sufrirá Castilla y León se acerca a los 70 millones de euros. Por eso mismo, sorprende el poco afán por intentar mantener algo de movilidad por parte del Gobierno regional. En especial, de su presidente Alfonso Fernández Mañueco que pasará ya a la posteridad como el político que más ha visto caer la economía de la región y menos ha hecho por levantarla de toda España. Unos intentos que sí han realizado en otras regiones gobernadas por el Partido Popular, ya no solo Madrid, sino incluso Andalucía sabedora de la importancia de estas fechas para algunas regiones interiores como Sevilla o Córdoba.
Mañueco no solo se ha convertido al sanchismo, sino que parece que se ha propuesto rebasarle a toda velocidad por la izquierda. Así, el bagaje del político durante la pandemia se ha limitado a imponer las medidas más restrictivas de España, hasta el punto de que le parecieron exageradas hasta al propio Gobierno y acabó perdiendo en los tribunales. Aunque lo más relevante es que esa obcecación por la rigidez ha causado una lenta agonía, y muerte, de muchos negocios de sus conciudadanos porque por muy raro que le parezca a alguien que lleva viviendo de la política desde 1996, el dinero no cae del cielo.
Aunque quizás lo más triste es que el resultado obtenido ha sido pésimo. Y, seguramente, el término se queda muy corto. De hecho, el número de contagiados en Castilla y León es prácticamente similar a los de la Comunidad de Madrid, pese a las diferentes políticas que han optado. Así, desde que empezó la pandemia el total de la población infectada en la región asciende a casi el 8,9%, mientras que en la capital es del 9,1%. Unas cifras que, en realidad, no son sorprendentes, siempre y cuando alguien se hubiera molestado en estudiar que el mayor porcentaje de infecciones se producen en el hogar.
ANDALUCÍA PIERDE UNA DE SUS GRANDES MOMENTOS DEL AÑO
Pero si hay alguna región por excelencia que atrae el interés de los turistas en estas fechas es, sin lugar a duda, Sevilla. De hecho, la capital hispalense se convirtió durante el mes de abril de 2019 en la ciudad más visitada, y con el mayor porcentaje de pernoctaciones, de toda España. Un estatus al que ayuda, también, la celebración de la Feria de Sevilla, aunque solo los días de pascua dejan en la ciudad cerca de 400 millones de euros. Una cifra que supone un porcentaje muy elevado de todo lo que llega a la ciudad en forma de turismo a lo largo del año y que pone de relieve, también, que eso del salvar el verano de poco sirve.
Al igual que ocurre con Córdoba. La ciudad andaluza destaca también por sus eventos de Semana Santa que atraen a un número amplio de visitantes. En este caso, el impacto económico de otro año en blanco podría ascender a unos 80 millones. Otra región sureña que sufrirá un nuevo mazazo para su economía es Málaga, donde la tradición cristiana está fuertemente arraigada y las visitas son innumerables. De hecho, su anfitrión más conocido es el actor Antonio Banderas. En el caso de Andalucía, como en Castilla y León, además, una parte muy importante de los que llegan son nacionales, por lo que los problemas también se agravan.
Por último, existe un problema más allá de la celebración o no de esos días. Y, es que, la Semana Santa es el pistoletazo de salida para muchos trabajadores que viven de la hostelería, entre otros sectores, que se extiende hasta octubre. De hecho, el portal de empleo InfoJobs señalaba en 2019 que el 57% de las ofertas que recibía para cubrir puestos en la época de pascua se alargarían hasta septiembre. Pero la política en España dejó se ser el arte de lo posible para convertirse en el arte de lanzar balones fuera.