domingo, 24 noviembre 2024

Las razones por las que no deberías volver a beber leche

Aunque la leche es un alimento que se considera básico dentro de la pirámide nutricional, cada vez existen más estudios que ponen de relieve que quizá esta bebida no sea tan sana como pensamos. No en vano en los últimos años ha aumentado el número de personas que son intolerantes a la lactosa o no pueden digerir algunas de las proteínas de la leche.

Con frecuencia estos problemas no están asociados a la leche en sí misma, sino al proceso de producción, ya que es normal que las vacas sean sometidas a sobreexplotación y que además cuenten en sus organismos con una gran cantidad de antibióticos, lo que acaba afectando a la calidad de la leche y, en consecuencia a nuestra salud.

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Afecta a la digestión y al tránsito instestinal

La lactosa es un azúcar que está presente en la leche de los animales. Se suele asociar con la leche de vaca, pero lo cierto es que la encontramos en la leche de cualquier mamífero. Para poder digerirla contamos en nuestro intestino delgado con una enzima llamada lactasa, pero hay personas en las que esta lactasa está dañada.

Normalmente la intolerancia a la lactosa aparece después de años consumiendo lácteos sin ningún problema, por lo que muchos estudios defienden que la propia lactosa puede afectar a la producción de lactasa en el cuerpo, lo que hace que se digiera peor este tipo de azúcar. El resultado es que aparecen problemas de digestión y también de tránsito intestinal. Incluso en aquellas personas que no son intolerantes, se han apreciado mejoras a nivel digestivo después de reducir el consumo de lácteos o incluso eliminarlos de la dieta.

Mayka J.
Mayka J.
Jurista por formación y escritora por vocación. Llevo más de diez años dedicada al mundo de la redacción con especialidades como Derecho, pymes, autónomos, emprendimiento y marketing digital.

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