Las técnicas de ganadería y agricultura han mejorado, aumentando la producción de forma exponencial. Algo que ha posibilitado que se pueda disponer de alimentos para una parte de la población. Pero, algunos avances, como los abonos químicos, el uso de pesticidas, herbicidas, y plaguicidas, también ha contaminado las tierras y todo lo que comemos. Por otro lado, otras actividades industriales también han hecho que elementos tan letales como arsénico terminen en la cadena alimenticia.
Ahora ya no solo hay que preguntarse si el tipo de alimento que se consume es saludable o no, sino si está contaminado o no. Por eso, cada vez se están popularizando más los productos etiquetados con certificados BIO o ECO, para garantizar que no se han usado esos contaminantes para su producción…
3La OCU avisa sobre su presencia en alimentos
La OCU ha vuelto a alertar sobre los tóxicos que hay presentes en la alimentación diaria. En esta ocasión se han centrado en el arsénico. Un elemento muy presente en el entorno y que puede llegar al organismo por la ingesta de agua y alimentos.
EFSA ha hecho público un interesante estudio donde revela cuáles son los mayores peligros, esos alimentos donde hay mayor cantidad de este veneno y que se deberían reducir para evitar una dieta con una exposición demasiado elevada.
El metal pesado puede llegar a esos alimentos a consecuencia de procesos naturales, como las erupciones volcánicas, incendios forestales, erosión de rocas y minerales, así como por actividad humana (industria, combustibles fósiles, uso de químicos en agricultura que lo lleven, etc.