Las técnicas de ganadería y agricultura han mejorado, aumentando la producción de forma exponencial. Algo que ha posibilitado que se pueda disponer de alimentos para una parte de la población. Pero, algunos avances, como los abonos químicos, el uso de pesticidas, herbicidas, y plaguicidas, también ha contaminado las tierras y todo lo que comemos. Por otro lado, otras actividades industriales también han hecho que elementos tan letales como arsénico terminen en la cadena alimenticia.
Ahora ya no solo hay que preguntarse si el tipo de alimento que se consume es saludable o no, sino si está contaminado o no. Por eso, cada vez se están popularizando más los productos etiquetados con certificados BIO o ECO, para garantizar que no se han usado esos contaminantes para su producción…