En los últimos años la Seguridad Social ha puesto su particular lupa sobre los falsos autónomos, y muy especialmente en los conocidos como riders, los repartidores de empresas de delivery o reparto a domicilio de todo tipo de productos. Tras unos meses de lucha en los tribunales, los afectados por fin consiguieron que se reconociera que no eran realmente autónomos, sino que siempre deberían haber trabajado con asalariados.
La batalla judicial ha sido bastante larga porque las empresas afectadas no querían dar su brazo a torcer y han llevado el asunto ante el Tribunal Supremo a base de recursos. Ahora que el alto tribunal ha vuelto a dar la razón a los riders, es hora de que las empresas se pongan al día y paguen sus cotizaciones en el Régimen General de la Seguridad Social. Mientras tanto, los afectados van a recibir la devolución de las cuotas que pagaron cuando eran autónomos.
2Los propios riders dieron la voz de alarma
Aunque la Seguridad Social ya estaba investigando que es lo que ocurría en las empresas de delivery cuando las ciudades empezaron a llenarse de repartidores en bici y en moto, fueron los propios riders los que decidieron emprender acciones legales contra las empresas a las que prestaban servicio.
Los profesionales defendieron desde el primer momento que eran falsos autónomos. Ellos se encargaban de pagar sus cotizaciones y facturar luego a la empresa de delivery por el servicio prestado, pero en ningún caso se daban otras condiciones propias del trabajo autónomo como la independencia a la hora de desarrollar las tareas.