Cuando llega el momento de presentar la declaración de la Renta todo son nervios. No queremos que se nos pase el plazo, y además queremos elaborar nuestros impuestos siempre de forma legal pero de manera que podamos ahorrar lo máximo posible. Sin embargo, puede que estés cometiendo errores que te estén haciendo perder dinero e incluso que pueden dar lugar a una multa.
La Agencia Tributaria no es conocida precisamente por su bondad. Para la Administración sería muy complicado ponerse a analizar todas las liquidaciones de impuestos y determinar si ciertos errores se deben a una falta de conocimiento por parte del contribuyente, a un fallo humano o si, por el contrario, el contribuyente ha obrado de mala fe esperando no ser descubierto. Precisamente por ello, el trato es igual para todos: si hay un error, se impone una sanción económica.
2La importancia del domicilio fiscal
El domicilio fiscal es un dato especialmente importante, porque es el lugar en el que la Agencia Tributaria puede contactar con nosotros en caso de necesitarlo. Tratándose de personas físicas, el domicilio fiscal es el lugar en el que se tiene la residencia habitual. Por eso, si vas a estar fuera de casa un tiempo, es importante que dejes a alguien encargado de recoger posibles comunicaciones de Hacienda y otros certificados importantes que puedan llegar.
La ley nos dice que si cambiamos de lugar de residencia habitual debemos comunicarlo a la Administración Pública. Esto incluye desde la DGT (si somos conductores y tenemos un vehículo) hasta la Agencia Tributaria. No hacerlo nos puede acarrear el pago de una multa que podríamos evitar con solo hacer un sencillo trámite administrativo.