El azúcar no es necesario para nuestro cuerpo. Pero, curiosamente, es uno de los alimentos que más ingerimos. Esto se debe a que está escondido incluso en alimentos que, a priori, no pensaríamos que llevan azúcar o alguno de sus derivados. Sabemos que este ingrediente está presente en la bollería industrial y en los refrescos, pero también lo encontramos en el pan de molde e incluso en el jamón serrano.
¿Por qué se usa tanto el azúcar en la alimentación? Básicamente por dos cosas, la primera es porque es un conservante con un precio muy bajo. La segunda es que el azúcar tiene un cierto componente de adicción que nos hace desear comer más y más. Por eso, aunque te parezca que no, puede que estés consumiendo más cantidad de este alimento de la que es recomendable. Si es así, tu cuerpo te puede estar mandando avisos, presta atención.
7¿Cómo moderar la ingesta de azúcar?
Si tu cuerpo da muestras de cualquiera de las señales que hemos visto en este artículo, es hora de tomar medidas. Para empezar tienes que ser consciente del problema y tener una verdadera voluntad de reducir el consumo de azúcar, porque eliminarlo del todo de tu dieta es algo absolutamente imposible.
Plantéate el reto de dejar de comer productos que sabes que van cargados de azúcar como la bollería industrial o los refrescos, e infórmate sobre la cantidad de azúcar escondido que hay en otros alimentos que te gustan (jamón cocido, pan, etc.) Así puedes ajustar el consumo de aquellos que tengan un alto contenido en azúcar.
Mucho cuidado con los sustitutivos del azúcar (sirope de agave, sirope de arce, miel, panela, etc.) porque en muchos casos tienen el mismo efecto sobre nuestro cuerpo que tomar azúcar. Mejor escoge edulcorantes sin calorías como la estevia o el xilitol, pero no abuses de ellos. La idea es apostar por una alimentación consciente en la que tengamos claro qué es lo que le viene bien a nuestro cuerpo y qué es lo que no. Eso no quiere decir que no puedas darte un capricho de vez en cuando, pero el dulce en tu dieta debe ser la excepción y no algo habitual.