La situación es dramática para muchas empresas españolas. Aunque quizás el escenario, presente y futuro, es todavía peor para las pertenecientes al sector turístico. Así, la cadena de hoteles Room Mate experimentó una caída del 50% de su negocio solo en el primer semestre. Pero a ese difícil contexto, el consejo de administración de la firma, que preside el empresario Enrique Sarasola, aprobó un nuevo esquema retributivo hasta 2023 para el propio Sarasola en el que se incluyen hasta tres pagos diferentes: uno fijo, uno variable y también un bonus de permanencia.
Un nuevo sistema de remuneración que también ha incluido a su consejero delegado, Víctor Fernández Cintrano, aunque en su caso el bonus al que tiene acceso se abonaría en concepto de productividad, según recogen las cuentas de la compañía. Además de llegar en un momento delicado para la firma y el sector, también llega después de que la retribución percibida por el Consejo de Administración se incrementara en cerca de un 28% entre 2018 y 2019. Un salario que solo reciben un par de figuras, que ostentan el cargo de ejecutivo, dentro de dicho grupo.
Room Mate ha preferido no hacer declaraciones a MERCA2 ante la nueva retribución aprobada el 17 de agosto (fecha en la que se firman dichas cuentas), aunque hace hincapié en que el presidente ya se rebajó el salario un 50% por la pandemia. Un acto de buena fe que, sin embargo, esconde un detalle importante. Así, uno de los pagos que recibe Sarasola se materializa en concepto de variable ligado a la creación de valor. Pero en mitad de una pandemia como la actual, donde es evidente que se ha destruido valor, el cobro de la misma en mayor o menor medida se antojaba complicado.
LA COMPLEJA RED DE CRÉDITOS QUE LLEGA HASTA SARASOLA
Pero no es el único dinero que ha llegado hasta Sarasola, como persona física, dentro del enorme conglomerado dentro de la cadena de hoteles. Así, la sociedad con la que mantiene el control de Room Mate, Tafay 2000, ha concedido créditos millonarios al empresario. En concreto, en las cuentas de dicha compañía se explica que «la sociedad tiene un saldo deudor con Enrique Sarasola Marulanda (Enrique Sarasola debe a la sociedad) 1.386.314, 66 euros». Un volumen de dinero que lleva inequívocamente hasta la firma hotelera.
Así, el principal pasivo que ostentaba Tafay 2000 en dicho momento era con la propia compañía balear. «La sociedad tiene un saldo acreedor con Room Mate (La sociedad debe a Room Mate) 9.330.262,81 euros», se puede leer también en sus cuentas de 2018. Aunque dicha partida se ha ido modificando a lo largo de los años. De hecho, la cadena hotelera ya concedió dos préstamos por valor de 4 millones a la sociedad en 2009, que vencían en 2015 y que no solo se han ido renovando, sino incrementando. La última renovación fue a 31 de diciembre y el valor dispuesto asciende a algo más de 6,1 millones.
Lo anterior, no es más que un pequeño detalle dentro del complejo esquema de créditos que mantenía la hotelera a finales de 2019. Así, de la matriz salía dinero a filiales como Be Mate Community España, Room Mate México (de los cuales algunos están deteriorados) o Room Mate Milán. Mientras, que de vuelta había préstamos de Room Mate Ámsterdám, Roma o París. Aunque el principal financiador de todo el dinero que ha fluido por las entrañas de la sociedad procede en buena parte de bancos y Rosp Corunna, el brazo financiero de Sandra Ortega.
ROOM MATE SALVADO POR SANDRA ORTEGA Y CITI
El gran acreedor bancario de la compañía es Citi Group con cerca de 54 millones que, además, debían haberse devuelto en 2020. Aunque la hotelera salvó el match ball gracias a un acuerdo para extenderlo hasta 2024. El resto de los tenedores de deuda de la firma eran Societe Generale y Abanca ambos con 10 millones, según los datos a cierre de 2019. Aunque el gran salvavidas para Sarasola han sido las aportaciones de Rosp Corunna. En concreto, el vehículo financiero de Ortega aportó al grupo más de 25 millones en concepto de créditos participativos en 2019.
Pero esa inyección no era más que un parche temporal. De hecho, la mala situación financiera que atravesaba la compañía, con un fondo de maniobra negativo por 14,7 millones y pérdidas recurrentes, obligaba a un cambio mayor que incluía abrir nuevos hoteles, subir tasas y reducir costes. Una hoja de ruta que el covid-19 ha trastocado profundamente hasta llevar al límite a la hotelera. Hasta el punto, de que algunas publicaciones han asegurado que Room Mate necesitaría de un rescate público. Por el momento, la firma desmiente que se haya solicitado, pero el futuro no será fácil.
Aunque todavía será más difícil para Sarasola. El empresario mantenía (a 30 de enero) en derecho real de prenda de primer rango más de 16.700 acciones de Room Mate, un 50% de las que posee, en forma de «garantía de satisfacción de los créditos». Por lo que si no devuelve dichos préstamos perdería el control de la hotelera. Además, el madrileño cedió el 100% de la propiedad de la marca Room Mate al utilizarla como pago, no dinerario, en los pagos de 2019. Un activo que a finales de 2019 valía 25 millones, pero que ahora vale bastante menos.