España, el país de la zona euro más golpeado por la crisis de la Covid-19, con una contracción de la actividad en 2020 del 11%, habría sido el menos generoso en el esfuerzo fiscal realizado en apoyo de la economía, con un paquete de estímulos del 1,3% del PIB, no solo por debajo de la media de la eurozona, ligeramente superior al 4%, sino incluso por debajo del asumido durante la crisis financiera de 2009, según señala el Banco Central Europeo (BCE) con datos de la Comisión Europea.
No obstante, los autores del informe del banco central reconocen la dificultad de discernir los límites entre medidas discrecionales y estabilizadores automáticos en algunos casos, como el tratamiento de los ERTE, que la Comisión Europea considera parte de la actuación de los estabilizadores automáticos, reduciendo así el esfuerzo presupuestario de España al 1,3% desde el 5,5%.
Asimismo, los responsables del estudio señalan el diferente tratamiento aplicado a los aplazamientos de impuestos y cotizaciones sociales por parte de los países y apuntan que el impacto de las medidas fiscales adoptadas podría haber sido incluso mayor en varios países que el evaluado por la Comisión, dado que los programas evaluados se prepararon antes de la segunda ola de la pandemia en el otoño, que generó esfuerzos adicionales.
En la comparación que lleva a cabo el BCE con la respuesta fiscal de los países a la crisis de 2009, tomando como referencia las cifras de la Comisión Europea, únicamente España y Luxemburgo habrían acometido en 2020 un esfuerzo menor que entonces, mientras que la media de la eurozona superó en 2020 el 4%, frente al 1,5% del PIB destinado en 2009.
Según estas estimaciones, el mayor esfuerzo fiscal habría sido el acometido por Lituania, con un 6,8% del PIB, por delante de Austria, Malta, Italia, Eslovenia, Irlanda y Países Bajos, todos ellos por encima del 5%, mientras que en Alemania rondaría el 5% y el 2,9% del PIB en el caso de Francia.
Además del esfuerzo fiscal directo a través de medidas discrecionales de gasto, el BCE destaca el apoyo a la liquidez proporcionado por los gobiernos de la zona euro en 2020, principalmente a través de avales a los préstamos a las empresas afectadas por las restricciones, que en el conjunto de la eurozona llegó a suponer el 16% del PIB.
En el caso de las economías del euro, Italia, con más del 30% y Alemania con casi un 20% son los países que mayor apoyo a través de estos instrumentos prestaron a las empresas, por delante de Francia y España, con un esfuerzo cercano al 15% cada una.
Sin embargo, al tener en cuenta la ejecución, los autores del estudio subrayan la disparidad entre países, con apenas un 1,3% del PIB en Alemania y el 9,7% en España, como extremos entre las cuatro mayores economías del euro.
«La efectividad de los esquemas depende de ciertas características de diseño que determinan si los prestatarios pueden acceder a los préstamos rápidamente y que difieren significativamente entre países», advierten.
Asimismo, recuerdan que en crisis anteriores estas garantías demostraron ejercer un efecto positivo en los préstamos, pero también algunos posibles efectos de incentivos negativos, aunque consideran estos «menos probables en las circunstancias actuales».