Uno de los propósitos más establecidos por la población en general cuando llega enero es adelgazar. Muchos se compran la equipación y pagan la cuota del gimnasio, con la esperanza de – este año sí – llegar a pisarlo. Otros prefieren hacer dieta, normalmente con tan altas expectativas que les llevan a elegir la más restrictiva y por lo tanto, más insana y con menos posibilidades de acometer. A veces, incluso llegamos a perder un kilo o dos, pero lo que más nos cuesta es reducir la grasa corporal. Es decir, la báscula dice una cosa, pero nuestro cuerpo otra. ¿Qué pasa y qué podemos hacer para reducir, definitivamente, grasa corporal? Te lo contamos a continuación.
1Controlar calorías
Comemos más de lo que necesitamos, eso es una realidad en la mayoría de casos de aumento de peso y grasa corporal. La ingesta calórica debe estar en consonancia con el gasto. Esto quiere decir, que si llevamos una vida sedentaria debemos consumir menos calorías que si llevásemos una vida activa. Está claro que nuestro organismo necesita alimentos para funcionar, pero si le damos alimentos en exceso, lo que le sobra, lo almacena y lo hace en forma de grasa, es así de simple. Si queremos perder peso y grasa, debemos controlar las calorías, tanto las que quemamos como las que comemos. Y con esto no estamos diciendo que haya que llevar un control riguroso y estricto de cada cosa que comamos, pero si tener una idea global, para compensar los excesos.