Las patatas bravas son una de las tapas más típicas que nos podemos encontrar en los bares españoles. Sin embargo, a la hora de hacerlas en casa nos encontramos con que no nos saben tan ricas como en el bar. Y dado que ahora lo de tomar unas cañas y unas tapas en nuestra terraza favorita está cada vez más complicado, es hora de buscar una solución.
¿Quieres hacer unas bravas de escándalo? Pues presta atención a lo que vamos a contarte, porque tenemos todos los trucos para que el resultado sean unas patatas crujientes por fuera y tiernas por dentro, y una salsa con su punto justo de espesor y de picante. Te gustarán tanto que las acabarás haciendo muy a menudo.
4Pequeños trucos para una salsa perfecta
Una vez que hemos retirado la salsa del fuego usamos la batidora de mano para conseguir una textura homogénea. Es entonces cuando vamos a ver si hemos conseguido el resultado perfecto en cuanto a espesor. Lo bueno es que si nos ha quedado demasiado líquida o demasiado espesa estamos a tiempo de corregirlo.
Si notas que la salsa ha quedado demasiado espesa añádele un poco de agua y vuelve a usar la batidora de mano para que se integre bien con la salsa. Si te ha quedado demasiado líquida, solo tienes que ponerla de nuevo al fuego durante unos minutos hasta que alcance la consistencia que a ti te gusta. Aprovecha también este momento para probarla y ver si hay que corregir de sal.