Una de las partes más complicadas del proceso de emprendimiento es encontrar un inversor dispuesto a confiar en tu idea y prestarte el dinero que te hace falta. Lo más común es acudir al banco a pedir un préstamo, pero como emprendedor no deberías perder de vista la posibilidad de buscar directamente un inversor privado.
Eso sí, debes tener en cuenta que aunque estos inversores no van a cobrarte tantos intereses como una entidad bancaria, si van a ser exigentes a la hora de pedirte argumentos que los convenzan de que es una buena idea dejarte dinero. Así que conviene que prepares un buen plan de negocio y además estés preparado para sus preguntas. Aquí tienes algunas de las más habituales.
5A tu inversor también le interesa: ¿cómo vas a superar a la competencia?
Salvo que hayas tenido la suerte de encontrar un nicho rentable sin explotar y vayas a entrar en lo que se conoce como un océano azul sin apenas competencia, en el resto de los casos lo habitual al emprender es que llegues a un escenario con un alto nivel de empresas o profesionales que ofrecen lo mismo que tú.
Por eso, no es de extrañar que un posible inversor se interese por el estado de la competencia tanto directa como indirecta y que quiera conocer qué valor añadido puedes aportar tú al mercado. Cual es la ventaja competitiva que te va a hacer destacar entre el resto y va a conseguir que los consumidores prefieran lo que tú les estás ofreciendo.