Aunque se temía que la crisis de la Covid-19 afectara al mercado inmobiliario, lo cierto es que en las grandes ciudades sigue habiendo una gran demanda de vivienda de alquiler y los precios no han bajado demasiado en los últimos meses. Pero alquilar una casa no es tan sencillo como parece, lo normal es que al inquilino se le exijan una serie de garantías, y si quién quiere alquilar es un autónomo, la cosa puede complicarse un poco.
Estabilidad, seguridad y solvencia son los rasgos que definen al arrendatario ideal, pero en el caso de un autónomo es muy difícil que se presenten estas tres características, y es que no podemos olvidar que su estabilidad y seguridad dependen del mercado, mientras que su solvencia depende de que sus clientes no sean morosos. Aún así, un trabajador por cuenta propia puede alquilar una vivienda para vivir, pero deberá presentar una serie de papeles.
3El autónomo como un inquilino de riesgo
Cuando alguien presenta una nómina y un contrato de trabajo el arrendador se da por satisfecho, puesto que sabe que su posible inquilino tiene ingresos mensuales y que, en caso de no pagar, podría pedir el embargo de su nómina. Sin embargo, con los autónomos no existe nunca esa posibilidad.
Un profesional por cuenta propia puede ganar mucho dinero este mes y luego pasar una temporada casi sin ingresos. De modo que, si está de alquiler y no paga la renta, su arrendador lo tendrá mucho más complicado a la hora de pedir el embargo de bienes para cubrir la deuda. De ahí que en el caso de los autónomos sea bastante habitual que además de acreditar su solvencia mediante los documentos que hemos visto también se les exija prestar garantía.