El presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, lleva un par de años insistiendo en la misma idea: los movimientos de ahora construyen la compañía de los próximos 100 años. En esa proyección empresarial, reducir la deuda que el operador había generado en la última década es una obsesión. El último movimiento con Telxius va en ese camino. El círculo se va cerrando.
El máximo dirigente de Telefónica se ha convertido en todo un experto en sorprender al mercado. Lo hizo el año pasado en Reino Unido, y este 2021, a las primeras de cambio, ha dejado sobre la mesa una operación de 7.700 M€ con un impacto para la deuda de la compañía que se rebajará por encima de los 4.500 M€. Además, Pallete lanza varios mensajes muy claros al mercado.
Por un lado sobre la operación: las infraestructuras son un activo muy valioso, pero si dejan un multiplicador de x35, es turno de vender. Además, según explican fuentes del sector a MERCA2, las condiciones de alquiler que tendrá con el comprador, American Tower, beneficiará a ambas partes. El otro mensaje es para el ámbito financiero, donde Álvarez-Pallete tiene la obligación de poner en valor a la compañía que, en demasiadas ocasiones, recibe un castigo excesivo en el parqué.
Bajo este escenario, se pueden poner pocos «peros» al movimiento de Telefónica. Primero porque se daba por descontado. Bien en una desinversión en favor de sus otros socios en Telxius, sobre todo KKR; una salida a Bolsa; o algún ‘business’ con Cellnex. Todo estaba hablado. Finalmente ha sido la venta: con un buen retorno económico y que no influye operativamente a la compañía.
Expertos del sector advierten de que, aunque sea una sorpresa la entrada en escena de American Tower, no deja de ser un movimiento básico para Telefónica que tiene como objetivo reducir deuda. Por todo lo demás, teniendo en cuenta que Telxius ya estaba segregada, no afecta en nada a la compañía. Y por si fuera poco, este movimiento de Telefónica ha podido pillar desprevenidos a algunos competidores europeos que también estaban preparando las desinversiones en torres, y quizá las próximas ventas no sean tan cuantiosas.
TELEFÓNICA Y SUS PASOS
Una vez ejecutada la operación, Pallete tendrá que volver a su despacho para desatascar lo que ahora mismo se está haciendo bola en Telefónica. Bien es cierto que el contexto está siendo adverso desde la irrupción del coronavirus, pero es esencial para el operador azul salir de Latinoamérica (menos Brasil) lo antes posible.
Ante esta situación, Latam, o al menos parte, se mantiene como un frente abierto en Telefónica. El operador quería deshacer posiciones en la región, y para ello tenía abiertas diversas opciones, como la venta de las filiales o salidas a Bolsa; pero ahora ganan terreno la entrada de socios industriales o la segregación de activos para su posterior venta.
En concreto, según ha podido conocer MERCA2, la compañía dirigida por José María Álvarez-Pallete estaría analizando alternativas para qué hacer con sus activos en Latinoamérica, sobre todo en Argentina, Colombia, Perú y Chile, los principales mercados que, de momento, siguen estancados en los planes de desinversión. De esta manera, la segregación de redes y posterior venta de activos es una opción que coge fuerza.
El motivo es que la venta conjunta de filiales o colocaciones en Bolsa se están encallando. Una situación que ha agudizado el coronavirus y su posterior crisis económica que ha azotado con especial virulencia a Latinoamérica. De esta forma, hace meses que los analistas advierten sobre la pérdida de valor en los activos. Por este motivo, Telefónica está acelerando las alternativas para desinvertir con valor en las regiones donde todavía mantiene importantes redes e infraestructuras.
Un viaje que se inició en noviembre de 2019 cuando el operador azul aprobó un giro de la estrategia que incluía la creación de Telefónica Hispam como una unidad que agrupaba todo el negocio latinoamericano excepto Brasil, un proceso de segregación o externalización de la filial que se denomina ‘carve out’.
La región supone aproximadamente el 20% de los ingresos para Telefónica, pero su Oibda apenas alcanza el 5%. Y todo esto se ha visto muy afectado por la evolución que ha tenido el covid-19 en Latinoamérica, una de las zonas donde los expertos ven mayores problemas a corto plazo y, por lo tanto, un importante impacto en la economía. Una situación que, paradójicamente camufla el problema cambiario de divisas que está teniendo la compañía de Álvarez-Pallete y que en la última presentación de resultados hizo muy visible Argentina.
TELEFÓNICA MANTIENE SU PLAN
Esta solución es una salida a un frente que parece enquistado. Según lo que ha podido conocer MERCA2, el plan inicial ahora mismo estaría lejos de ejecutarse. Básicamente porque no se ve movimiento en ninguna de estas regiones. Al menos el esperado un año después de que se anunciase la nueva estrategia donde Brasil, Alemania, España y Reino Unido quedaban como principales mercados.
No obstante, hay algo que juega a favor de Telefónica en estos momentos: su caja se mantiene fuerte y no hay una necesidad extrema de liquidez. Las principales regiones donde opera la compañía mantiene una salud aceptable, y por lo tanto no hay una urgencia de malvender las divisiones de Hispam. Por eso se descarta que haya ventas a la baja cuando se puede desinvertir en activos concretos o, en otros casos, dar entradas a socios que mantengan el desarrollo de la compañía, pero con menos cargas de capex.
SOBRE LA VENTA A ATC
Retomando la operación cerrada este miércoles, la venta de su división de torres de telecomunicaciones en Europa (España y Alemania) y en Latinoamérica (Brasil, Perú, Chile y Argentina) se ejecutará por un importe de 7.700 millones de euros, pagaderos en efectivo.
Dicho acuerdo establece la venta de un número de, aproximadamente, 30.722 emplazamientos de torres de telecomunicaciones y comprende dos transacciones separadas e independientes (de una parte, el negocio de Europa y, de otra parte, el negocio de Latinoamérica), fijándose los respectivos cierres una vez se hayan obtenido las correspondientes autorizaciones regulatorias.
Con esta operación, la plusvalía atribuible a Telefónica ascenderá, aproximadamente, a 3.500 millones de euros. Además, un vez completada la operación, la deuda financiera neta de la operadora se reducirá aproximadamente en 4.600 millones de euros y el ratio de apalancamiento (deuda neta sobre OIBDAaL) en aproximadamente 0,3 veces.