Ya llevamos unas cuantas semanas instalados en la nueva normalidad y poco a poco nos hemos ido acostumbrando a los cambios que se han producido en nuestras vidas. El gel hidroalcohólico es ya indispensable en nuestro bolso o mochila, y ya nunca salimos de casa sin coger las mascarillas. Aunque estos elementos nos protegen y llevarlos es además un acto de solidaridad y cuidado con el resto de personas con las que nos vamos a cruzar, lo cierto es que su uso tiene algunos inconvenientes.
Si usas gafas ya te habrás dado cuenta de que, a priori, las gafas y las mascarillas parecen ser incompatibles. No es nada extraño que cuando te las pones las lentes se empañen y te hagan pasar unos segundos complicados mientras esperas a que vuelvan a su estado normal, y más si son gafas graduadas. Pero que no cunda el pánico, podemos ir bien protegidos y a la vez seguir llevando las gafas sin tener que preocuparnos por el empañamiento, basta con aplicar unos pequeños trucos.
5Ajustando las mascarillas con esparadrapo y papel
En el caso de las mascarillas que tienen ajuste en la zona del tabique, si no consigues un buen ajuste puedes usar un truco casero que da muy buenos resultados y es especialmente práctico y cómodo si tienes que llevar la cara tapada durante mucho tiempo. Solo necesitas tener a mano un pañuelo de papel y un poco de esparadrapo.
Lo que tienes que hacer es doblar a pico un pañuelo de papel y colocarlo debajo de la mascarilla, justo debajo de la pieza metálica. A continuación coloca bien la mascarilla en la cara y fíjala en la parte superior con un poco de esparadrapo. Lo que hace el papel es absorber la humedad, evitando que se convierta en vaho. Además, así evitas que la mascarilla se te vaya resbalando por la nariz.