Ya llevamos unas cuantas semanas instalados en la nueva normalidad y poco a poco nos hemos ido acostumbrando a los cambios que se han producido en nuestras vidas. El gel hidroalcohólico es ya indispensable en nuestro bolso o mochila, y ya nunca salimos de casa sin coger las mascarillas. Aunque estos elementos nos protegen y llevarlos es además un acto de solidaridad y cuidado con el resto de personas con las que nos vamos a cruzar, lo cierto es que su uso tiene algunos inconvenientes.
Si usas gafas ya te habrás dado cuenta de que, a priori, las gafas y las mascarillas parecen ser incompatibles. No es nada extraño que cuando te las pones las lentes se empañen y te hagan pasar unos segundos complicados mientras esperas a que vuelvan a su estado normal, y más si son gafas graduadas. Pero que no cunda el pánico, podemos ir bien protegidos y a la vez seguir llevando las gafas sin tener que preocuparnos por el empañamiento, basta con aplicar unos pequeños trucos.
4El viejo truco de cruzar las gomas
Si llevas mascarillas ajustables mediante gomas prueba a ponértelas cruzadas. La mascarilla te protege a ti y al resto igual, sin perder eficacia, pero queda una pequeña apertura en la zona lateral de la cara que permite una mejor dispersión del aire exhalado, evitando que suba hacia arriba y empañe las gafas.
Una solución sencilla y práctica que funciona casi siempre, y da todavía mejores resultados si además la combinas con el truco anterior y ajustas la mascarilla lo mejor posible en la parte superior.