El baño es uno de los lugares más importantes del hogar a distintos niveles: de higiene, de estética, de confort y de calidez, pero también de espacio y, sobre todo, de iluminación. Existen distintos recursos a los que podemos tener acceso en comercios especializados en la venta de productos de baño para potenciar estas características, como tipos concretos de lámparas, bombillas de una potencia determinada o identificar los puntos de luz necesarios para aprovechar al máximo el espacio y tener cubiertos todos los puntos.
Uno de los problemas más habituales de los baños es la escasez de espacio. Bien por la acumulación de productos de belleza y cosmética, el voluminoso espacio de las estanterías o el tamaño del plato de ducha, y es normal que impere el deseo de sacar más partido del espacio disponible. En el adecuado aprovechamiento del espacio juega un papel esencial la iluminación, no solo por el tamaño de las lámparas de baño y su ubicación, sino por la sensación de amplitud que pueden proporcionar en función del tipo de luz, su intensidad y su tono.
El primer paso: adquirir lámparas de baño específicas
Lo que puede parecer una obviedad en un principio resulta ser algo indispensable después al comprobar que no todos los baños cuentan con lámparas aptas para ubicarse en este lugar de la casa. Las lámparas de baño están pensadas para ofrecer una luz de una intensidad concreta, en una dirección específica y son resistentes a la humedad y la exposición prolongada al vaho. Siempre deben constar con el sello IP44, que indica el nivel de protección contra la humedad.
Es altamente recomendable que se adquieran dos tipos de luces para contar con un esquema luminoso apto para cualquier situación. Disponer de una luz general y otra focal permite concentrar la luz en un sitio concreto, como un tocador o junto al espejo, y ubicar la general en lo alto de la estancia para proporcionar un nivel de luz apto para la mayoría de situaciones. A su vez, es elemental no optar por luces que produzcan sombras o reflejos, y menos en la zona del espejo, donde su efecto acabará siendo doblemente notorio. En este sentido, también es aconsejable optar por incorporar un espejo que incluya un pequeño sistema de iluminación LED para favorecer la correcta visualización del rostro y parte del cuerpo durante las tareas de aseo personal. ASEALIA cuenta en su catálogo con espejos LED para todos los gustos y aptos para todo tipo de baños: de disposición vertical, horizontal, con franjas de luces internas, externas, marcos luminosos… Son la opción perfecta para rematar la renovación del sistema de luces del baño y que otorga unos resultados excelentes en el día a día, de los que dan buena muestra los clientes que han recurrido a esta empresa afincada en Valencia para acometer las medidas de reforma y decoración del baño.
Para una mayor seguridad de cara al consumidor, Asealia cuenta con el certificado de The Feedback Company expedido por el CEO de eKomi, Michael Ambros, ejecutivo de la plataforma de publicación de reseñas verificadas dedicada a constatar la veracidad de las opiniones vertidas en la red acerca de comercios y negocios dedicados a la venta en línea. Asealia dispone de un 98,6% de reseñas positivas en esta plataforma, con una nota media de 9,6 sobre 10 y reconocida en la propia expedición de dicho certificado.
Disposición independiente para una mayor eficiencia
Pese a que el baño no suele ser la estancia más espaciosa de la casa, la incorporación de un sistema múltiple de luces demanda la inclusión de varios interruptores independientes que permitan activar un grupo de luces al margen del otro. Esto es vital para quienes apuesten por el ahorro en la factura de la luz y deseen disponer de un circuito más efectivo a la hora de alumbrar zonas específicas del baño, de manera que se tenga a mano la opción de activar la luz general o la focal con dos interruptores de fácil acceso ubicados en zonas distintas del baño.
Se estima que casi un 40% de la luz que se utiliza en el baño no es realmente necesaria, lo que suele estar relacionado con circuitos completos de luces que activan varias bombillas, habitualmente halógenos incandescentes, que disparan el consumo de luz y reducen la efectividad de la misma.
Aprovechar al máximo el espacio del baño
El espacio es otro de los aspectos que mayores suspicacias levanta entre quienes se ven obligados a hacer uso de un cuarto de baño de reducidas dimensiones. Existen alternativas para exprimir al máximo el potencial de los baños y ampliar la sensación de amplitud.
La pintura es uno de ellos. Los tonos de color suaves, como los pastel o los tonos tierra, son ideales para los baños pequeños porque permiten aportar una sensación de despeje única. Los colores de gran intensidad tienden a acotar el espacio, reduciendo la sensación de amplitud y generando estrés y ansiedad. El color blanco suele ser una apuesta segura al ofrecer limpieza, sobriedad y una mayor luminosidad en todo tipo de condiciones.
No obstante, si se desea emplear varias tonalidades de color para no caer en la redundancia, es conveniente estudiar las zonas propicias para elaborar los contrastes. Ciertos azulejos aportan una sensación de decoloración muy agradecida, sobre todo en los de tonalidad neutra, que resaltan el espacio gracias a la inclusión de materiales como toallas o zócalos grises y que aportan una sensación de espaciosidad muy agradecida.
Crea o explora puntos de interés visual
Al igual que ocurre en un lienzo o en el interior de una estructura arquitectónica de mayor envergadura, la creación de un punto de interés da excelentes resultados en cuanto a la perspectiva, lo que ayuda a crear una redistribución ficticia de los elementos al ser procesado por el cerebro. Esto resulta de gran ayuda a la hora de aumentar la sensación de amplitud en espacios pequeños, siendo el punto de interés visual perfecto el próximo a una ventana o el ubicado junto a una fuente de luz focal, como un pequeño tocador.
Cabe destacar que los puntos de referencia visual deben encontrarse a media altura para ser perfectamente identificables por los ojos, de manera que al percibirse a través de estos el cerebro cree un esquema compositivo de los elementos que genere la sensación de amplitud buscada. Un punto visual mal ubicado terminará por echar por tierra este objetivo, ya que si se encuentra en un punto demasiado bajo este terminará por generar el efecto contrario y dando la sensación de que nos encontramos en un lugar demasiado angosto, mientras que una referencia visual situada en un punto excesivamente elevado pasará desapercibida e inhibirá la sensación de amplitud deseada.