Si hay una persona que sabe de crisis, esa no es otra que Francesc Ros Guilera. Fue en el año 2009, en plena crisis del ladrillo, cuando se decidió a dar el paso y crear su propio negocio. Tras haber trabajado en otra gran cadena del sector, abrió el primer establecimiento de Pizzerías Carlos. Hoy la cadena ha llegado a los 58 restaurantes, de los que 23 son propios, el resto franquicias, distribuidos en nueve regiones.
“En épocas de crisis, la pizza es un valor refugio porque es un tipo de comida que gusta a todo el mundo y es accesible. La gente puede dejar de salir a comer a un restaurante, pero comprar una pizza está al alcance de la mano”, afirma Francesc Ros.
Lejos de pensar en ‘nadar y guardar la ropa’, los planes de futuro de Pizzerías Carlos pasan por nuevas aperturas. “El plan de expansión se ha marcado el objetivo de alcanzar los 100 puntos de venta a finales de 2022”, apunta Francesc Ros. El 60% serán franquicias, y el 40%, propios.
Aperturas que se llevarán a cabo en localidades de más de 60.000 habitantes de toda España. Principalmente en el norte de España, y en el Levante. Hasta ahora, estaba presente en nueve regiones. Y de los 15 profesionales que arrancaron la aventura se ha dado un salto por encima de los 1.500.
CRECER GRACIAS AL DELIVERY
Con la llegada de la actual crisis, ocasionada a raíz de la pandemia de la covid-19, hay quien podría pensar que, dado el confinamiento, y las posteriores restricciones y cierre de la hostelería, el negocio podría resentirse. Esto no ha sido así gracias al delivery. Si en 2019, el 60% era servicio a domicilio, y el 40% restaurante, en 2020, el porcentaje de los primeros ha llegado al 80%.
“Hemos conseguido terminar 2020 creciendo gracias al delivery, cosa que en abril o mayo parecía impensable”, indica Francesc Ros. Y matiza: “Hemos sufrido mucho en los locales, pero hemos sabido reforzarnos y afrontar el crecimiento de la demanda”. Buena prueba de esa supervivencia ha sido que, durante el segundo semestre del año, han abierto seis nuevos locales. Y en la primera quincena de enero abrirán otro.
LA FRANQUICIA DE PIZZERÍAS CARLOS
El canon de entrada para Pizzerías Carlos es de 20.000 euros, y un royalty del 5%. La inversión es de 300.000 euros. El sistema de gestión diseñado por la enseña habla de rentabilidades alrededor del 15%. El retorno estimado de la inversión se establece en cuatro años.
Desde su arranque hace once años en la localidad madrileña de Alcobendas, el boca a oreja ha sido su principal herramienta de marketing. Gracias a ello, los primeros franquiciados comenzaron a aterrizar en la marca. “Quería mostrar al mercado que había una forma distinta de hacer las cosas y recuperar así la esencia de un negocio que conocía muy bien”, concluye Francesc Ros.