Dormir bien es muy importante. No solo para poder levantarse con energía, afrontar un nuevo día con ganas, y rendir física e intelectualmente. También es imprescindible para regenerar tu organismo y mantener una buena salud. No gozar de un sueño profundo y durante al menos 7 horas, bien podría implicar incluso padecer algunas enfermedades graves.
Por eso, deberías conocer bien los ciclos del sueño y cómo cambian durante las estaciones del año. Y es que, aunque algunos lo desconocen, la forma en la que se duerme no es igual durante el invierno que durante el verano, y no es solo cuestión de temperatura…
5El aire seco actúa en contra del sueño
Durante el invierno se usan sistemas de calefacción en el interior de la vivienda, también chimeneas en el caso de ser una casa con una de ellas. Ese calor hace que el aire se seque algo más, es decir, se reduce la humedad (pese a que son meses donde llueve más).
El aire más seco hace que sientas algunas molestias de sequedad, como las de las vías respiratorias. Eso irrita tu garganta, hace que tosas con mayor frecuencia, te escuecen los ojos, te pica la nariz, etc. Esto empeora si tienes problemas respiratorios o sufres algún tipo de alergia.
Pese a que el invierno te puede ayudar a dormir más y mejor, como he citado en apartados anteriores, ésto último actúa en tu contra. Al presentar esa sequedad extra, vas a dormir algo peor durante estos meses de invierno.
Para remediarlo, algunas personas suelen comprar sistemas capaces de aumentar la humead relativa del ambiente del dormitorio. Es decir, se hacen con algún aparato humidificador.